Wednesday, January 27, 2010

Camila


En agosto pasado me separé y hoy me encuentro en proceso de divorcio.

Como dicen los amigos, la vida es dura, pero como dicen los hermanos, los días siguen y, como dicen los padres, la felicidad ha de buscarse siempre porque el camino, más que el destino, es lo que vale la pena. Sí, la sonrisa o la desdicha están en el día a día.

En ese sentido, mi día a día se volvió distinto, nuevo, misterioso, intrigante, tenebroso para alguien que no sabía hacer nada en casa y que hoy, al menos, ya sabe hacer un poco más que nada.

Parte de mi familia me vio triste, otros menos me sintieron deshecho, y sólo unos pocos, me vieron doblado de dolor.

Pero, aunque parezca ridículo, quien más tiempo estuvo conmigo en esos momentos negros fue Camila, mi perrita de dos años, quien desde el primer fin de semana que fue "diferente", se volvió mi compañía, mi ruido en casa, mi dolor de cabeza y mi momento de esparcimiento, en cualquiera de sus formas. Y sí, también, mi apoyo en los ratos de soledad y en las noches de domingo que dejaron de ser dominicales, y dejaron de ser amarillas.

Ha pasado casi medio año y he vuelto a sonreír, pero también ha sucedido algo en un sentido muy claro: ya nadie está con ella durante el día. Cuida (por decirlo bonito) de la casa demasiadas horas. Chaparra como es, me ve bañarme en la mañana, me ve arreglarme y, justo cuando me pongo el traje, empieza a cabecear y a chillar. Sabe que me ausentaré, al menos, 12 horas.

Bajo la escalera, baja a mi lado ella, tomo las llaves y me despido siempre con un beso en su cabeza. Abro y cierro la puerta y la veo levantarse y estirarse lo más que pueda para verme por la ventana. No deja de chillar sino hasta que el carro se ha alejado lo suficiente.

Y después… se acuesta todo el día en el sillón café de la sala que da a la ventana. Y no deja de mirar, ni de esperar.

Quienes pasan por mi casa, me cuentan que siempre la ven ahí, recostada, a veces dormida, otras despierta, pero siempre y sin excepción, con la cabeza dirigida a la ventana. Atenta, esperanzada en que vuelva.

Pese a ello, sé que así no puedo tenerla más. Mi bicha merece más espacio, pero ante todo más compañía. Llamadas telefónicas más, correos menos, intentos varios, esfuerzos enteros, hoy, a final de cuentas, puedo decir que me quedan tres días con mi niña.

El sábado tomaremos carretera y se irá conmigo a Guanajuato, donde se quedará en una casa grande. Y yo volveré sin nadie que me chupe la mano ni me muerda la oreja.

A diferencia de otras pérdidas, esta es la primera vez en que sé exactamente el tiempo que me queda con alguien. Contado en días y en horas. Es la primera vez en que sé cómo y de qué forma transcurre "la última vez".

Mi vida sigue cambiando, y ahora será sin Camila, sin baba, sin lata ni ladridos. Pero sé que esta orejona estará bien… y mejor.

Se acabaron mis noches de oír sus ronquidos, se acabaron las mañanas de despertar sintiendo que una cabeza y unas orejas largas yacen recostadas sobre mis tobillos. Haciendo tierra, dando calor, esperando jugar y anhelando croquetas.

Te amo, chaparra. Me harás mucha más falta... de la que yo te hice a ti.

33 comments:

sergei said...

El amor es cuando permites que alguien sea feliz en el mejor lugar posible. Estás siendo más amoroso que nunca con tu Camila.

Anonymous said...

Ella estará feliz, es en lo que debes pensar.

elianne said...

No mancheeeeeeeees, qué triste :(

Pero te entiendo perfecto, la vida de un perro sin compañía, no es vida.
Tristes, como son todas las despedidas, como bien dices, la única ventaja es que sabes exactamente el tiempo que te queda para disfrutarla, así que hazlo!

elianne said...

por lo menos es familia y tendrás chance de volverla a ver algún día, o por lo menos saber de ella

EDGAR LOPEZ said...

Buena acción, amigo.

Jorge C. said...

Está muy bueno

MaRu said...

BraVo!! PoR Esa SinCerIdAd.. Es BueNo PAra SaNaR El AlmA..Y CaMinAr SiEmPrE HaciA AdeLaNte!! La DesICiOn De BuScAr Un HoGaR De CaMilA No Es Solo Tu AmOr PoR EllA, Es El AdAptarTe Y aCePtAr Una NuevA EtApA En Tu VidA...

Ricardo Otero said...

El desprendimiento. Es mucho más cabrón que deletrearlo, y tú sabes que estamos pasando por lo mismo.

Gaby said...

que decisión tan dificil y de amor a la camila de tu parte. Con quien se queda???

A.M.T. said...

Los perros son fieles, siempre ahí, incondicionales hasta el final. por eso no me cabe la menor duda de que Camila te seguirá queriendo y sabrá que tú eres su verdadero dueño, aunque sea a distancia. Sí, es un acto de amor el tuyo y, como dice Mac, de desprendimiento por su bien.

Alexati said...

ay, quisiera estar alla para despedirme tambien, ojala pudiera estar tambien contigo estos dias que estas asi, te quiero mucho hermano, muchisimo, te extraño

dale un beso muy grande a camila por mi
te quierooooooo muchisimo

Flais said...

No pude evitar derramar una lagrimita y después respirar profundo porque estamos en la oficina.

No dudo que ella se logre adaptar con más facilidad que tú, te abrazo.

Cecilia said...

Amigo, justo eso es el amor, dejar a un lado el egoísmo y pensar en el otro, en su bienestar y felicidad. Yo te aplaudo por esa difícil decisión, sólo quien ha tenido un amigo perro, sabe lo mucho que se llegan a querer.
Ella estará mejor y tú pronto también lo estarás.
Te quiero

LH said...

es que sí está bien cabrón, para quienes hemos tenido perros

EL DUEÑO DE LA FABRICA said...

SIMPLEMENTE, ERES NOBLE, BUENO, HONESTO, JUSTO. ESTOY MUY ORGULLOSO DE TI. SIEMPRE NOS DAS QUE APRENDER

Anonymous said...

SABES...........TU ERES AMOR.......SABES AMAR....SABES DAR........DIOS ESTA EN TI. SOLO DIOS CONOCE LOS PORQUES..........NO CAMBIES DE RUTA......DAR ES EL CAMINO....ESTO NO EMPOBRECE...DIGNIFICA Y TE HACE MUY PERO MUY GRANDE. QUE LECCION DE AMOR.........DESDE BARILOCHE TE AMAMOS.......NOS ISPIRAS

C said...

sientete feliz por ella, por lo q les estas dando, no por lo q ella te esta quitando

Pao said...

Se me salieron las lágrimas. Te mando un besote

Lawrence said...

Es lo más duro que he leído.

Anonymous said...

Dejenme aplicar chisme: anoche pasé por la casa de don Luis y, como es la distribución de la privada, se puede ver si sala, y ese sillón café del que habla. En efecto estaba ahí él con Camila, muy abrazaditos ellos... muy monos. Extrañaremos a esta latosa con sus ladridos mañaneros y esos que lanza cuando la puerta eléctrica del estacionamiento de él se abre.

Tu vecin

Caro said...

Luigi, es lo más triste que he leído y estoy llorando. En todo el sentido de la palabra, esto es muy triste y honestamente no tengo nada más que decir.
Te quiero.

Debora said...

Bueno, ¡¡¡cuánto lloré!!! Por eso no me ateví a comentarlo... hasta ahorita, que estoy más serena.
Entiendo perfecto los sentimientos que expresas hacia Camila (yo soy mega fan de los perros desde que nací: teníamos, en ese entonces, sólo 24 en casa). Hoy sólo tengo un par de French Poodles, a los que también amo profundamente.
Sin embargo, Camila entenderá perfectamente que la mudanza es para que esté acompañada. Yo no diría que mejor, porque ella ama estar como está; sin embargo, tú que eres sensible e inteligente sabes que ella requiere compañía y, con todo y la tristeza de la pérdida, se la darás.
Te cuento que mientras avanzaba en la lectura de tu comentario, hubo una parte que me hizo recordar una película protagonizada por Richard Gere y Joan Allen. No recuerdo cómo se llamó en inglés, pero en español es "Siempre a tu lado"... no sé si la hayas visto o no. Sé que si la vieras ahora habría una identificación.
Buen viaje a Guanajuato y lo mejor para Camila... y por supuesto para ti, joven de enorme corazón.
Un abrazo.

Anonymous said...

Qué te digo amigo? si estás seguro que es la mejor decisión, adelante! Ya estuvo bueno de bajas no? :) PD. No se vale que me hagas llorar en mis vaciones ehhh esta me la pagas! GGLV

Géométrie De L'éléphant said...

me dejaste sin habla.

Erika histÉrica said...

:(

Chanfle II said...

Camila es como cualquier mujer, indescifrable pero indispensable. Cuando las circunstancias te arrinconan, nada se puede hacer. Que sea feliz en la vida provinciana.

Anonymous said...

Es difícil saber si es verdad cuando pensamos que los perros sienten lo que nos está pasando. Así lo has dicho, que está triste; si es así, ahora estará contenta de lo que haces por ambos. Mucha suerte

FEFERO said...

Güe....porque nunca me dijiste que querías hacer eso?? Yo te la hubiera comprado gustosísimo. Estoy urgido por una perrita para los niños y creo hubiera sido el deal perfecto..
Please avísame next time
ok?
Una lectura realmente conmovedora.

Tu primo

Olis said...

No pude comentarte antes porque me agarraste en un momento álgido de mi nostalgia, de mi recuerdo, sobre todo, hacia mis perritas.

Si algo he aprendido desde mi divorcio a punta de golpes, a punta de dolor, a punta de dejarme inconsciente, es mi concepto del amor. El amor no es posesión ni pertenencia. El amor va más allá de todas esas consideraciones mundanas y banales que hacen que seamos esclavos de nuestras emociones.

Camila está bien y lo estará al estar acompañada y apapchada. Tú, suelta el equipaje y como cuando los patos se pelean: termina la pelea, da la media vuelta, bate tus alas y olvida lo sucedido. Los recuerdos son para crear experiencia, no para machacarnos la vida.

Te quiero

In phidelio said...

Update: Camila no se ha ido a León. Se ha quedado en el DF a vivir con su veterinario de toda la vida. La decisión la tomé el viernes por la noche y creo que es la mejor, ya que mi bicha se quedará con dos amiguitas de edad similar, una de ellas de su misma raza.

Aunque nunca opino en mi propio blog, muchas gracias a todos por el apoyo.

The REAR Guy said...

que bello... sólo tú... saludos y abrazos...

Raul

Anonymous said...

Casi me haces llorar, bro

Ernesto

Juan said...

conmovedor