Wednesday, March 7, 2007

El lado oscuro de la luna


Nos fue advertido. No podríamos entrar a menos de que dejásemos afuera todo objeto brillante. Y así lo hicimos. Fuimos respetuosos y acatamos.

Lo sorprendente es que no dejamos nada, si acaso el cerebro en unas charolas, pero así, casi completos, entramos y tomamos asiento.

Éramos 6, pero en la segunda suma salimos 60 mil, y en medio de la confusión, para ponernos cómodos y no alterarnos, a los huéspedes nos ofrecieron whisky y cigarrillos, mientras el añejo tocadiscos nos hizo recordar a los que no estaban más con nosotros.

En mayor o menor medida, alcanzó para todos, tanto los cigarros como el whisky, como la añoranza de que "ellos" estuviesen aquí, con "nosotros".

La humareda fue lo de menos. Entre tanta niebla uno piensa tanto que al final recuerda poco. Mi amada, mis amigos y mi padre pudimos pensar lo mismo y externar algo distinto. Pudiese ser que alguien estuviera en nuestra cabeza y que no fuésemos nosotros.

El anfitrión, un sexagenario con el pecho caído, pero con sonrisa enarbolada, nos dio la bienvenida y quizá nos regaló una caravana también. Tal vez me distraje y de ello no me percaté. Tal vez entré en coma, salí a pasear y después regresé.

No conté los minutos. En un guiño el tiempo se estaba esfumando y deteniendo, estaba caminando y corriendo. Y yo en medio. Y los otros cinco a un lado de mí. Cada uno atrapado y viajando. Volando y remembrando. Hablándose a sí mismo y en silencio. Haciendo ruido, desnudándose, haciéndose el amor y cansándose… sin notarlo. En masa, los que hacemos lo mismo no hacemos nada… en particular.

"¿Para qué tanto humo?", recuerdo haber preguntado. "No dudes, tú sólo respira", me dijo mi buen hermano, quien para entonces, no se había desecho el nudo de la corbata, pero sí el del seso. Su mollera y sus pies lo delataban; ya volaba también.

Aprovechando que mis entrañables echaban otra copa, me acordé de mí y me eché de menos como nunca antes. "Cómo quisiera que estuvieras aquí", me dije. Y a miles de kilómetros, me contesté, pero entre tanto ruido, no pude escuchar nada.

"Nunca me pones atención", insistí, pero de nuevo me ignoré. Yo y este servidor tuvimos una discusión sin dejar que nos vieran, pero no hubo solución, así que me dejé solo y volví con mis incondicionales.

Para esa hora, mi amada casi rompía en llanto, mi padre engordaba la emoción comiendo besos, y mi hermano, con ese nudo de la corbata intacto, clavaba generoso la pupila en un prisma espectacular: "El color que quieras, hermano, el color que quieras".

Para eso era el humo.

"The lunatics are in my hall", interrumpió con un impecable y rasposo inglés el sexagenario anfitrión. Todos, cautivados, aceptamos el apodo muy quitados de la pena, muy metidos en la niebla, muy lejos de la tierra.

Alguien no estuvo de acuerdo, se separó, salió, azotó la puerta, nos encerró y arrojó la llave a la luna. Después se perdió en el cielo encapotado.

En busca de ella fuimos todos y, aunque habría sido lógico hallarla en el lado luminoso, la llave brotó del cariz opuesto, del oscuro, como suceden tantas y tantas cosas en este eclipsado mundo.

Al final de la velada, preguntamos por buenos amigos y músicos como Richard, Dave y Nick, pero ninguno llegó.

Y de Syd, ni siquiera quise indagar. Todos supimos el motivo preciso y turbulento por el que no asistió. No quise sufrir más. Abracé en un parpadeo a mis entrañables y les pedí que nos fuéramos.

Al salir, mientras nos devolvían nuestros objetos brillantes y nuestro cerebro, me despedí del sexagenario del pecho caído y la sonrisa enarbolada, quien nos obsequió unas palabras y, quizá, una caravana también: "Nos veremos en el lado oscuro de la luna".

Yo respondí a nombre de los míos.

"No lo dudes… gracias por la copa, por el humo, por los recuerdos, por los vivos y los muertos. Y dile al diamante loco… que siga brillando".

- Escrito unas horas después del “Dark Side Of The Moon Tour” de Roger Waters en el Foro Sol. Sobrio y con la luna brillando -

SETLIST:
In the Flesh - Mother - Set the Controls for the Heart of the Sun - Shine On You Crazy Diamond - Have a Cigar - Wish You Were Here - Southampton Dock - The Fletcher Memorial Home - Perfect Sense (Parts 1,2) - Leaving Beirut - Sheep

Speak to Me - Breathe - On the Run - Time - The Great Gig in the Sky - Money - Us and Them - Any Colour You Like - Brain Damage - Eclipse

The Happiest Days of Our Lives - Another Brick in the Wall (Part 2) - Vera – Bring the Boys Back Home - Comfortably Numb

21 comments:

Anonymous said...

Gracias por la invitación! En verdad, podría decir que el mejor espectáculo de mi vida!
No puedo decir nada más que GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS! Por la luna, el wiskhy, los cigarros...por movernos todo, el corazón, la mente, el cerebro, y hasta el último vello del cuerpo.
Gracias por compartir una gran noche! Gracias por medio de tu escritura volver a vivirlo...no pude dormir, sigo envuelta en un viaje, uno de los mejores...TE AMO!

Anonymous said...

uy luis pues bueno por la foto e ve que estuvo muy bien, sabes que me es algo dificl opinr porq no me gustan jeje pero bueno si son buen grupo asi y el tambien
tqm

Anonymous said...

Gran frase brro: "The lunatics are in my hall" de la rolita Brain Damage.

No te puedo explicar lo que siento de no haber ido a ver a Waters pero ya un par de cuates me dijeron q es lo mejor que han visto posiblemente en la vida.

Te das cuenta que pudo haber sido el ultimno show de lo que alguna vez fue Pink Floyd en México????

No hay duda y dejemonos de jaladas. Para shows, nada como estos locos.

Larga vida al serñor Waters, el gran genio de Floyd!!!!!!!! aunque sé que para ti, nadie como Syd Barrett, cuyas imagenes me dijeron que aparecieron en las pantallas. Te hhas de haber muerto.....

Chanfle II said...

Jamás me he adentrado a Pink Floyd, pero los maestros de Dream los veneran, yo deberé hacerlo en algún momento.
¡Cómo extraño los conciertos!

Anonymous said...

Sigues en el viaje hermano??? qué te fumaste???

Anonymous said...

Sigo sintiendo las risas en todo el ambiente, por todos lados, en todas direcciones. El gran Syd estuvo en el concierto, debo de contradecirte. Estaba en las nubes de humo, en las luces, en los gritos, en las risas y los gritos, estaba en todas partes integrandose en nosotros, jalandonos de la mano a través del espacio y del tiempo hasta la parte más oculta de nuestro ser.
Los lunáticos estuvieron por todas partes, cantando al unísono. Como la luz, que por la accion de un actalizador se divide en muchos colores, pero sin dejar su pristina unidad.
Mi querido amigo, el concierto fue una brutal experiencia y haberle compartido con Mara y con mi hermosa y casi difunta novia, hicieron la experiencia totalmente inigualable.
Ahora deja de ser un cerdo volador y bájate de la nube de mota de la que no has bajado desde ayer.
Un abrazo y que tu Diamante tampoco deje de brillar.

Anonymous said...

Me da mucho gusto que te divertiste de lo lindo.
No hay mejor cosa que escuchar lo que a uno le gusta y EN VIVO.
Pero como sabes, soy muy naco para la música, prefiero a K-Paz de la Sierra. jajajaja

Anonymous said...

Ojalá y yo hubiera estado ahí, pero no tuve money.
Yo, como Syd, estoy aunque no vaya, y veo a través, de los que como tú, lo vivieron.
La sicodelia derriba las paredes y abre las puertas de la percepción, lo dijo Aldous Huxley y lo llevó al extremo Morrison, y lo sé porque lo viví hace 14 años con las otras tres quintas partes de Floyd en un Foro de tribunas desmontables. Estoy seguro que esto fue superior, porque don Rogelio Aguas, es más que Gilmore, Mason y Wright juntos, pero no más que Syd.
Me da gusto que seas tan fan de Pink Floyd, y no porque me las dé de evangelizador del rock ni mucho menos, pero recuerdo que fue hace quizás un par de años o más, que un tal Luis se me acercó a preguntarme de qué había muerto Syd Barrett, a lo que contesté: "no, que yo sepa no ha muerto, no lo mates todavía, sé que no está con nosotros porque se piró de la realidad, pero está vivo". Luego Luis, como hace con todo, se aficionó y se clavó en Pink Floyd y Syd hasta publicar sobre él en Gente!. Más tarde, el 7 de julio del 2006, Syd se fue de verdad y del primero que me acordé fue del visionario Carrillito, que lo había matado antes.

Anonymous said...

Q profundo.

Lucas Carrabias said...

Pese a no ser fan de Waters, debo confesar que tu crónica me transportó hasta sentarme al lado de ustedes. Supongo que la magia de este música es esa capacidad de transportarte, de dejar que por unos momentos abandonemos nuestros cuerpos y nos dediquemos a gozar las percepciones.
Gran crónica, en verdad me gustó

Anonymous said...

Poco que decir cuando alguien es capaz de transportarnos a otro mundo, galaxia o como le quieras llamar.
Entraste en el mundo de un grande, lo viviste y eso quedará para la posteridad.
Vientos Carro

Anonymous said...

Gracias hermano... me hiciste viajar por las nubes y sin embargo mi examen antidoping saldrá limpio. Qué chido cuando uno puede disfrutar la música y al artista de la forma como tu lo haces...

Anonymous said...

Ojalá continues en ese interminable viaje y cuando menos reanudes esa charla con tu "yo" interno siempre habrá algo interesante que te pueda decir...Aunque no comparto el gusto (no por otra cosa si no por que no conozco mucho a Waters) si te puedo decir que este tipo de aventuras sirven como un exfoliante para el alma...qué bueno que lo disfrutaste tanto!

Gabriela Carajo said...

Me hiciste que me quedara con la melancolía y añoranza que dejas ver.
Me quedé con la emoción y las ganas de leer más.
Creo que iré a mi casa a escuchar música y a llorar unas lágrimas de ayeres.

Anonymous said...

Luis, no me queda más que afirmar tu sentir sobre este maravilloso viaje. Yo sí viajé, me deleité y me subí a la luna con Syd. Ahí estuvimos compartiendo tiempo y espacio a todo lo que los sentidos se atrevieron. Y lo bueno es que cuando quiera revivirlo leeré tu nota y sabré que fue real y fue tan intenso como sólo tú lo puedes expresar.
Al igual que la música, la vida está hecha de sentimiento y de instinto, más que de normas y si tú sigues escribiendo así, estarás haciendo tu propia música.
Felicidades !

Anonymous said...

Ahora sí te la volaste, despues de un relato lleno de una estructura poetica que el mismo Neruda envidiaria, y haría que el realismo magico del Gabo Garcia Marquez pareciera un simple y burdo comentario, sacaste tu relato mas oscuro y denso en lo que va del 2007.

Casi casi pude tocar el humo de los cigarros ajenos que se tuvieron que fumar entre tu dulcinea, mi dulcinea y el suegro.

Anonymous said...

LA ULTIMA VEZ QUE INVERTI CASI CUATRO HORAS EN UN VIAJE FUEE PARA IR A ACA, Y NO VALIO TANTO LA PENA COMO IR A VER A UNO DE LOS MEJORES CONCIERTOS DE MI VIDA. YA UN DIA DEL 2005 EN MIAMI, EN UN CONCIERTO DE MADONNA VI VOLAR EL ESPIRITU DE DE LIBERTAD DE EL OTRO DE MIS RETOÑOS. AHORA ME CONMCIONO HASTA LAS LAGRIMAS VER A MI PRIMOGENITO ENTRAR EN UN ESTADO DE INTIMIDAD Y EMOCION CON EL BUENO DE WATERS.
NO SE SI FUE EL EFECTO DEL HUMO DE LA YERBA AMARILLA DE NUESTROS VECIONOS DE BUTACA LO QUE FACILITO ESTA ELEVACION O SIMPLEMENTE LA MARAVILLOSA OBRA DE ESTOS MUSICOS PROPIEDAD DEL MUNDO Y DE TODAS LAS GENERACIONES.
NO SE A CIENCIA CIERTA COMO CATALOGAR ESTE CONCIERTO, ROCK, O TAL VEZ BLUES, A MOMENTOS CANCION DE PROTESTA, EN OTROS VIAJES PSICODELICOS, ALGO DE ROMANCE, ALGO DE TRIBUTO ( AL AUSENTE DE sYD).
FLOTABA EN EL AMBIENTE LAS MAS PROFUNDA REFLEXION Y DUDA: CON SYD HUBIESE SIDO DIFERENTE? QUE HUBIESE SIDO CON LA GITARRA MAGISTRAL DEL GILMOUR?, BUENO COMO DIJO EL GRANDE DE JOSE JOSE: LO QUE NO FUE NO SERA.
UN RECORDATORIO FINAL, QUE INTENSA INTERPRETACION DE KATI K SOON ( ASI SE ESCRIBE?) LA EXTRAORDINARIA CAntante que ahora ACOMPAÑO A WAters Y QUE EN OTRO TIEMPO ESCUCHAMOS CON ERIC CLAPTON EN OTRO SOLO MAGISTRAL EN " WANDERFUL TONIGHT".
LUIS, GRACIAS POR REGALARME LA INTIMIDAD DE TU COMPAÑIA EN ESTE CONCIERTO EN DONDE VI VOLAR TU CORAZON INTENSO Y SALIR UN PUÑADO DE EMOCIONES GUARDADAS HACE NO SE CUANTO TIEMPO.

Anonymous said...

Ahora sabemos cual fue el efecto del humo en el lugar...jajaja!! yo creo que fue un tipo de sustancia que te hizo alucinar en serio!!

Que buena onda que ese día percibiste mucho más que un rato con una buena banda en compañía de gente agradable. Esos eventos son los que suelen dejar huella...

Es muy válido ser un fan empedernido y gastarle la quincena (en este caso la 16ava parte de la tuya) para aplaudirle al ídolo.

Muchos momentos de esos!!
Besos
Kariniux

Anonymous said...

Nada me da más gusto que haber podido contribuir al buen gusto musical de mi primo con mi sugerencia de que escuchara este grandioso disco hace ya más de 15 años, cuando en mis juventudes universitarias era deleite de mis tardes cotidianas al lado de mi buen amigo Miguel Bravo Negrín, quien influyó de origen en mi gusto musical por las bandas de rock clásico.

Aunque debo confesar que no todas sus historias eran del todo acertadas, basta mencionar la falsa alarma de que Syd Barrett no existía ya desde hace mucho tiempo y que, gracias a mi bien documentado primo, su reclamo hace un año me hizo saber la verdad al respecto.

Cuántos años vivimos en le engaño, verdad Luis??

Anonymous said...

Sólo una cosa: envidia.

Y es que el señor Roger Waters no puede hacer más que sugerir con su magia que otro diamante brille, a sabiendas que por más que lo haga no opacará el resplandor que de él emana.

Tal vez en el peor escenario de la guerra, en medio del campo de batalla, el soldado anónimo que termina caído tras la disputa parte con una sonrisa con la que sólo lamenta la ausencia de una persona lejana a la que desearía tener a su lado y la que probablemente, al recordar a su amigo, le preguntará a su madre: "¿Debería postularme para presidente?"

Excelente relato.

Saludos,

Jorge Jair Melendez said...

Después de leer tu lunático ensayo y de recordar las caras y los comentarios de los cientos con los que me rocé aquella noche al salir del Foro sólo puedo concluir que el rencoroso veterano que minutos atrás se reventó dos horas y 20 minutos de concierto logró algo que pocos consiguen en estos días: total unanimidad.
Desde la frase más repetida, "No mames, estuvo de huevos", que se escuchó en el trayecto de la zona B y hasta Río Churubusco, hasta experiencias subidas de elevación como la tuya, creo que nadie le puso un pero a uno de los eventos más grandiosos en la hisotira de los recitales en vivo en México (bueno, el que hizo la nota para Gente! creo que vio otro concierto).
Creo que lo más chido del concierto es que el maestro Waters nos dio a todos y cada uno un pase de entrada al lado oscuro de la luna, pero no nos obsequió una linterna y por ello, el viaje de cada uno fue a ciegas, con la música como único guía y fue precisamente eso lo que provocó que la experiencia acabara siendo algo tan personal.
En las penumbras del satélite terrestre, tú te estremeciste cuando Syd Barrett emitió el único haz de luz en ese oscuro recinto, el cual, creo, fue el reflejo de una lágrima sobre ese diamante loco que se perdió hace tanto tiempo.
Para mí, ese viaje a la penunbra selénica fue un reencuentro con un "yo" que también se había perdido, que se murió en 1994 por la frustración y la tristeza de no haber podido asistir al que hubiera sido mi primer concierto, el de Pink Floyd, justo cuando Pink Floyd estaba en mi desayuno, mi comida y mi cena.
Hace más de 10 años que eso sucedió, mi realidad era otra, mi economía daba apenas para comer y el sueño de ver a los artífices del cerdito volador se quedó sólo en eso.
Pero Roger y la vida misma creo que decidieron hacerse cómplices para que, Comfortably Numb, maracara la culminación de un reencuentro con una etapa difícil cuya parte más traumática, aquella que me marcó por la impotencia para hacer realidad un sueño, quedó saldada.
Muchos creen que lo único que se perdió en el cielo fue el cerdito volador, pero tú y yo sabemos que más de uno, voló muchísimo más alto, hasta el lado oscuro de la luna y, para bien o para mal, nunca volvera del todo a la tierra...