Wednesday, March 14, 2007

Mexican Chopper



"Mis amigos, ¿se acuerdan que les prometí una sorpresa?".

Así nos dio la bienvenida mi amigo Mou a Mara y a mí al llegar a Cuernavaca para pasar dos esplendorosos días alejados de la lluvia y el frío del D.F.

Y todo, mientras el nene le quitaba la funda a un juguetito que he visto en alguna película de Lorenzo Lamas, que ronronea maravillosamente, que es morenito, brillante, obediente mientras lo trates con delicadeza y que muestra orgulloso su estirpe: Harley Davidson.

Sí, un radiante duendecillo de la realeza de las motocicletas que de inmediato me dejó estupefacto, a pesar de que en mis 28 años de vida jamás le presté atención a vehículos de dos ruedas (con excepción de mi bicicleta Magistroni de 1986 en la que me derrapaba para mutilarme las rodillas sin que pareciera intento de suicidio).

Con una sonrisa con la que parecía presumir el penacho más grande de la tribu, Mou nos mostraba su caprichito de varios miles de dólares, poco antes de darle vuelta a la llave. "¿Cómo la ves?", me preguntó.

De niño, le habría contestado un soberano "¿Ah sí?, pues mi coche tiene quemacocos...", pero como ya crecí, ya me casé, ya maduré y ya no me ardo tan fácil, respondí con elegancia: "En el D.F. no puede uno andar en una moto así" (mis entrañas me respondían: "Ay sí, güey, ya quisieras botarte 10 mil dólares en un juguetito así".

Todavía no pasaba el trago de la primera impresión cuando ya estábamos listos. Casco, botas negras, guantes, una chamarra con protecciones en espalda, pecho y codos, así como un sistema de ventilación que me hizo pensar que se había gastado más en los accesorios que en la moto.

Después de ponerme el lioso casco con una habilidad tal que casi me desvío el tabique nasal y me quedo sin la oreja derecha, vino la explicación del maestro, quien corre motos desde la secundaria (yo, bien confiadote, le creí).

"Luis, tienes dos opciones, o te sujetas de mi cinturón o te agarras de una banda del asiento trasero". Preferí la primera cuando observé que la dichosa bandita me haría parecer como un pasajero que durante el trayecto iba a rascarse la entrepierna o a acomodarse no sé qué tantos detalles en la franja de advertencia que delimita el cierre de los jeans.

Y así, con la rojiza puesta de sol sobre la ciudad de la eterna primavera y 20 instrucciones de Mou, estábamos listos.

En mi cabeza, repetía todo: "No pongas el pie en otro lado que no sean las bases, no pegues la pierna a la zona metálica, arquea la espalda hacia adelante, si quieres asomarte saca la cabeza pero no el cuerpo, si te llegas a caer no dejes de rodar para evitar quemaduras" (escuchar eso sí era una jalada), "disfruta el trayecto, no dejes de avisarme si te sientes inseguro" y, para rematar, esa que si no me dice no me acuerdo... "no te sueltes".

Iba a preguntar sobre la ruta a tomar, pero tardé tanto en alzar el acrílico del casco para que me oyera Mou que, para entonces, ya íbamos pasando el Mega de Avenida Diana.

Enfilamos a la carretera Cuernavaca-Acapulco cuando llegó otro pequeño inconveniente. La velocidad aumentaba, el ronroneo se acrecentaba, yo con el acrílico arriba, y el aire, golpeando mis ojitos, convirtiéndome poco a poco en un filipino. Parecía que me había picado una abeja en cada pómulo y que la sonrisa del Guasón nacía en mis cachetes. Yo esperaba resignado una muerte por hiperventilación pulmonar.

¿Cómo le hacía Lorenzo Lamas para ir a toda velocidad en su Harley, sin casco, con la melena al viento, las arracadas sin bronca y sonriéndole sin parpadear a las nenas en bikini que se le atravesaban para mandarle besitos? (es televisión, idiota, televisión).

Mi cara era ya la pintura "El Grito" de Munch cuando vi que el buen Mou se bajó de pronto el acrílico del casco con una destreza y una rapidez que me dejó impávido. Pensé en hacer lo mismo, pero la gallina se apoderó de mí y no me atreví a soltar la manita derecha. "Si intentas bajar el acrílico, lo más seguro es que al rato estés ascendiendo al cielo y Dios te mande de retache por estúpido".

Enfilamos hacia Palmira y yo estaba en plena cavilación celestial cuando un tope se nos atravesó. Mou, quitadísimo de la pena, me dijo: "Hermano, se me olvidó advertirte que cuando pasemos por topes, alces la cadera para amortiguar el golpe". El dolor no me dejó contestar para mentarle la madre.

Luego de un buen rato, terminamos en un mirador hechizante. Mou se bajó de la moto muy ducho, y yo hice lo propio después de reacomodarme los jeans porque el cierre me había quedado sobre la lonjita izquierda. Si mi amigo era el imponente Batman descendiendo del Batimóvil, yo era la versión más raquítica de Robin, caminando como orangután.

Después vino el regreso. Fue un trayecto significativamente más decente y para el que me preparé a consciencia, empezando por bajar el acrílico a tiempo y por llevar la cadera despegada del asiento trasero.

La llegada triunfal a casa de Mou no pudo ser más emocionante y apegada a las películas de acción tipo Top Gun: mi amada no me esperaba en la entrada, la puerta de la cochera (autómatica) abrió sin percatarnos de que había un coche obstruyendo la misma y, al final, para recibirnos con aires de grandeza, las tías de Mou (sus edades suman casi 300 años) tomaban café y platicaban sobre la calidad del pan dulce mexicano.

Para rematar la travesía nocturna con un romántico beso a mi mujer, ahora sí pensé bien y evité el ridículo. Me fui al baño solo, me quité las botas y volví a desviarme el tabique nasal al desprender el casco de mi cabeza. Creo que salió mi cerebro también.

El cabello me quedó como espantapájaros, así que me eché aguita, me acomodé el cuello de la chamarra y salí como todo un galante devorador del asfalto, dispuesto a que mi mujer me apellidara Lamas a partir de hoy. Esto… para yo corregirla de inmediato: "No, no soy Lamas, querida. Llámame... Maverick".

20 comments:

Anonymous said...

guey no mames le hubieras pedido (quitado) las llaves y te hubieras ido a dar un rol a los helados de cuernavaca para: 1 probar el juguetito, 2 levantarte el ego viendo como todo mundo se ardia por verte en la moto 3 pa hacer enojar al mou que seguro JAMAS te la iba a prestar...maverick??? mas bien algo asi como poncharelo region 4

MOU said...

Ja poncharelo región 4. Valente no sé si te conozco pero ya me caes de poca m...

MOU said...

Hey Mav!! (Si muy Mav muy Mav pero se te olvidó comentar a los lectores que cuando te la solté para que te echaras un pinino no pudiste ni sacarle el clutch y acelerar al mismo tiempo). No descansaré hasta transmitirte mi pasión motera (de moto no de mota) como debe ser y hasta verte montado en una dos ruedas con el sol a punto de ocultarse en el frente, el viento acariciante y alguna carretera de México (o mejor aún , de Europa) conduciéndonos por el camino de la libertad absoluta. Quien dijo que la libertad no tiene precio, nunca fue a una agencia de Harley... To be continued in a few months with Inphi on a bike of his own. GREAT BALLS OF FIRE! (PD Tuve buen copiloto)

Anonymous said...

No sé si reír o seguir preocupada, ayer me paso por la cabeza que mi querido Marido se animaría a maneja una moto de muchos kilos sin saber manejarla... Pero debo agradecer que aprendió a prenderla y que el peso de la misma lo inhibió de tal hazaña, afortunadamente.

Ahora, debo reclamar a Mou que sí, es definitivo, mi Marido trae en la cabeza la idea de adquirir una moto para venir a pasear sus días de descanso a Cuerna, mientras yo me tomo el té con las tías de Mou, que dicho sea de paso, también estaban preocupadas, no entendía por qué, hasta que una de ellas comentó que "Bacho" se había enseñado rápido y no en mucho tiempo, eso medejó aún más nerviosa, pero por fortuna regresaron sanos y salvos, más restirados, respingaods y despeinados, pero nada que no se pueda arreglar... Ahora entiendo el por qué de la naricita de Lorenzo Lamas, aunque debo reconocere que "ese" no le llega ni a los talones a mi adorado Marido. Te Amo!

Anonymous said...

Creo sinceramente que en una vida anterior fuiste un excelente motociclista, seguramente fue en la prehistoria, eras el policía chaparrito que siempre multaba a Pedro Picapiedra, porque de no ser a empujones, luego de tu relato no veo cómo puedas manejar un vehículo de dos ruedas.
Poncharelo región 4 me parece que todavía debe ser aspiracional para quien no sabe ni ponerse el ajuar, aunque le guste lucirlo.

Chanfle II said...

Como dice mi hermano, 'tú a lo tuyo'. Así como la música y el consejo sentimental se te da naturalito, la moto... la moto... la moto... no. Digamos que no te veo. Te veo más cocinando galletas que en moto. Te veo más bailando reggeaton que en moto. Te veo más de joto que en moto. O sea que imagínate. No, no te veo. Tú a lo tuyo.

Anonymous said...

No me queda más que decirte Lorenzo..., a secas, nada de Lamas.
Ya veo que sólo platicas tu historia. Gracias Mou por contarnos la otra versión.

Anonymous said...

Recordemos las chamarras, los peinados ochenteros, el pasito patético y entonemos:
"Subete a mi moto... Subete a mi moto...".
Creo que el apodo de Poncharelo región 4 ¡les quedó grande a los DOS! Se ven más ridiculos que Dumb and Dumber, jugando a ser Meat Loaf y Jim Steiman. (obvio que el heleno sería Meat Loaf)
No me resta más de decir que tomen el comentario de quien viene.

Anonymous said...

Mi Estimado Luis teniendo entonces ya la experiencia motorisada en las bellas carreteras de Mexico ahora te falta conocer el off road de aca del Norte (claro en moto tambien) para que seas todo un Evil Knievel
Saludos!!!

Anonymous said...

He probado más veces la mota que la moto, y no porque me guste mucho la primera o porque me disgusten mucho las segundas, más bien siento que si le hago a las jacas de acero un día va a quedar mi feis (que no face, aunque vivo de mi rostro) embarrado en el asfalto, porque me da miedo y no creo ser muy ducho para manejarlas. Hay ejemplos claros como Luijmi y El Patas, de que lo mejor para manejar una moto es tener un carácter analítico y tranquilo. Luisillo, si le entras ponte abusado, porque hay dos tipos de motociclistas: los que se han caído y los que se van a caer. No quiero parecer tu papá, así que si se te antoja, tienes chance de hacerlo y sobre todo es una Harley, ¡éntrele cagajo!

Anonymous said...

Mi querido Maverick, no he dejado de reirme y no sé si ya tengo la cara más estirada de la risa que lo que te quedó a ti por no ponerte el casco como debía ser hermano, olvide comentarte ese punto, nunca, nunca, nunca en mi vida me vuelvo a subir sin casco o sin el acrílico abajo porque mis ojos después de fácil 10 años de la última experiencia en moto no han regresado a la normalidad....

Lo de los topes es otro punto importante, pero cómo no te lo comento Mou, si es punto básico y si no ahora dime ¿cómo sigues?

Bueno, me da gusto que tu descubrimiento por el gusto a las motos aun se encuentre estancado en esa etapa, porque a pa necios tuuuuuu mi hermano

Cuñis, no lo dejes solo con Ariel, algunas influencias no son del todo buenas, y menos cuando mi hermano ni siquiera pudo mantener el control de la bici mencionada con anterioridad

En fin, ahora ¿cuándo me toca paseo a mí?

Anonymous said...

Bro... me alarma, eres un paladín del estilo... no lo vuelvas a perder, mejor vuelve al Bora, y no lo sueltes... Como que verte caminar con las piernas arqueadas y el peinado arruinado, transforma la idea que el mundo tiene de ti.
Y dando paso a las propuestas para ubicarte en un personaje motorizado, yo más bien te colocaría para hacer acrobacias al estilo A Toda Máquina. Ya tienes de compañero a Martín Corona en el periódico, sólo cambiale el personaje.

Anonymous said...

Maverick siempre será un buen nombre para piloto o para motociclista, eso está claro. In phidelio siempre ha sido un gran nombre para ti, así que yo en tu lugar me quedaria con ese y no lo cambiaria por nada del mundo.

Brother, eres de contrastes y eso es muuy bueno porque igual sales con un relato oscuro como el previo de Roger Watters que con algo como la de la Lonely Heart que esto que siempr se me ha hecho divertido. Bien por esa tremenda capacidad para narrar y escribir y entrarle a la gente (sin albur).

No lo dejes!

Anonymous said...

me cae bien que puedes dejar a un lado la soberbia, el ego, la vanidad y en algunos casos pedantería...pero el estilo JAMÁS...Viéndolo de forma práctica y espero que alguien más te lo haya dicho o por lo menos lo hayas escuchado...de verdad...ya no estamos en edad de hacer estas cosas!!! el cuerpo no responde ni se compone de los mismos elementos de hace cinco años!!! tómalo en cuenta!!!

Anonymous said...

jajajajajaj sabes conducir moto Luis? jajaja no sabia epro yo no me subo a una asi nunca q miedo!

Anonymous said...

Con las motos aggguuasss, sin opreguntenle a mi marido y su mano. Jamás se volvió a subier a una desde aqué pequeño accidente.

Lucas Carrabias said...

La única experiencia que tuve en una moto me dejó el pie marcado con tres grandes raspones que amenzaban con mutilarlo, desde ese momento decidí seguir en la seguridad de mi auto.

Gabriela Carajo said...

No sé qué decirte. ¡Odio las motos! Me parecen súper peligrosas. No tiene caso tentar al diablo con un juguetito de esos, y aunque todavía estés joven ya no tienes la misma habilidad que un adolecente adquiere por naturaleza. lo siento, pero esa es la realidad. ;) Jaja

Anonymous said...

¡¡Eh!! ¡Yo también tenía una bici Magistroni!

En fin, por experiencias como el tope, ponerse el casco, el aire golpeando mi cara y, sobre todo, tener que ir prendido de la cintura de otro macho para no partirme la madre, detesto las motocicletas.

No puedo negar que son espectaculares, pero para tenerlas en un aparador y aplicar la "Melendinha", es decir, tener un medio de transporte para no usarlo jamás.

En fin, esa es la razón por la que me inclino completamente por Enzo que por Harley.

Saludos,

Anonymous said...

Bueno si las motocicletas grandotototas y muy varoniles se te complican, existen las motonetas, sería un buen inicio no?
Eso sí, el traje de cuero y el casco son imprescindibles jajaja.
Ya si de plano la motoneta tampoco, te recomiendo que para ganar respeto en esto de los vehículos de dos ruedas te inscribas en el siguiente Red Bull Fighters y que te pongas a practicar las piruetitas...
Mis respetos para Mou, eso de ahorrar para comprar un vehículo como ese y tener el espíritu de vivir la experiencia no es común encontrarlo.
PD: ¿Cómo soportaste que el casco aplastara tu cabello? ¿ese cabello al que si pudieras, mantendrías lejos del aire, del sol, de la lluvia y de todo factor que pueda remover un pelito de los 500 gramos de gel diario que te pones?
NOOOOOOOOOOOOOO, ESO ES INCREÍBLE
Besos tqm
Kariniux