Saturday, January 13, 2007

Amoeba


Un caballero llamado Troy y apellidado Santiago nos vio molidos a Eztel y a mí en el día 12 de nuestra agotadora gira de trabajo por Texas y California y nos preguntó que a qué lugar deseábamos ir para escaparnos de la rutina. Yo le dije que a ver cd's y dvd's.

"Perfecto, los voy a llevar a una tienda que... te vas a caer cuando entres", me reviró Troy muy acá (con ese acento de Dandy que le permite cantar como JC Chasez para ligarse a una japonesita), haciéndose el que me iba a apantallar con un monstruo de lugar al que ni el Virgin Megastore de París le rozaba los talones.

Pues bien, el tío nos trepó en su Meche blanco con disfunción en el quemacocos y un falso en el tablero que nomás no se quita y nos dio una buena paseada por Los Angeles.

Largo trayecto y una escala en la gas hasta que finalmente nos salimos del freeway y tomamos un retorno hacia la siempre fascinante zona de Hollywood. Nos detuvimos en el 6400 de Sunset Blvd.

Más escéptico que los enemigos de Jaime Maussan, me asomé por la ventana y vi un edificio horizontal bastante peculiar, así como la leyenda "Amoeba Music" cuyas letras parecían bombitas de jabón espumeando al estilo de comercial de detergente chafa. La neta... la fachada del establecimiento se me figuró a un lamentabilísimo congal de la zona rosa que me hizo recordar al "Lobohombo". También se me figuró que Troy me estaba dando atole con el dedo, especialmente porque yo creía haber estado en un sinfín de buenas tiendas de discos tanto en América como en Europa y esto, en definitiva, era un pedazote de burla.

Etzel, desde el asiento del copiloto, tampoco decía mucho.

Pero muy pronto sufrí esa metamorfosis de ser un tipo soberbio y sobradón, al cuate al que se le cae la cara por incrédulo al darse cuenta de que se ha equivocado big time: "Amoeba" no era un Mixup más, sino que de verdad me abría sus fauces apenas entrábamos al lugar. Era, verdaderamente, un monstruo.

La planta baja más inmensa que he visto era exclusivamente el área de discos, sin contar un patio trasero que estaba dedicado al Jazz, al Blues, al Tango y a todo lo que no fuese rock o pop (seguro estaba el "Gallo de Oro" arrumbado por ahí en la sección de las leyendas martirizadas). Con un poco de paciencia, seguramente hubiéramos encontrado un album inédito de Bertín Osborne cantando a dueto "Good Vibrations" con Marky Mark o el concierto completo de Diego Verdaguer en la terraza del Crowne Plaza en 1995 (el que abrió con "Usted qué haría").

En fin, esto era un laberinto rodeado por paredes tapizadas con los posters más fregones que mis ojos hayan atestiguado. Creo que por ahí me pareció ver a Robert Smith en la gira de The Cure de 1989, a Bono en sus años de puberto y a Vicente Fernández echándose una caguama con Bob Dylan o ya no recuerdo bien si era el poster de al lado. Pero bueno, el punto es que me di el tiempo de ir a disculparme con el buen Troy y después me trepé al segundo piso para checar los miles de dvd's que ahí dormían.

No sé cuántas horas permanecí ahí, tampoco sé en qué momento tuve que tomar un canasto tipo mercado para poner todas mis selecciones, mis caprichos y mis caprichos plus. Creo que a Mara le llamé como 7 veces y a mi hermana un par más, hasta que la pila de mi Nextel empezó a parpadear y mi mujer me hizo ver que ya me había entendido lo extasiado que me encontraba.

Al final, y después de depurar una abundante cantidad de artículos, pasé primero yo a la caja, después Eztel y, al final, Troy.

La anoréxica Lauren que me atendió traía una espectacular playera de The Hives, el gerente era una calca de DiBlasio y el otro tipo al que le pidió cambio era un greñudo con lentes que yo neta pensé que era Rigo, pero su perfecto inglés me hizo entender que jamás había pisado Matamoros.

La citada flacucha me solicitó ácidamente 197 dólares con 92 centavos por 7 dvd's y 3 cd's (que en verdad no consigo en otro lado), a lo que yo rápidamente respondí con dos machetazos de 100 dolarucos que pocas veces he desembolsado con semejante regocijo y sin remordimiento.

La noche finalizó así en esta colorida esquina de Sunset.

Subimos al coche varias bolsas amarillas súper kitch y partimos hacia el hotel pensando en todos aquellos grupos que olvidamos al momento de buscar discos y en todas aquellas grandes producciones que debiesen estar en nuestra filmoteca.

Habrá tiempo de volver a "Amoeba" y de contarle a todos, por este medio u otro, que antes de morir tienen que venir al menos una vez, así como lo hice yo con este par de buenos amigos.

No lo desdeñen, Troy (el que gastó 152 dólares) me conminó a ello y yo no le creí. Y Eztel (el que se botó 140) está de testigo.

9 comments:

Anonymous said...

Esa tienda dicen que está cañonsisima. Me la han rexcoemdado mucho, pero ya con esto que dices, hay que lanzarse luego luego para salir de la duda y aprovechar.

Chanfle II said...

Ahhh... esas veces en las que uno no se arrepiente ni un coño de todo el dinero que se gasta. Son una delicia. Bendito sea un oasis de placer entre tanta mierda futbolística, a.k.a. Interliga. Y aún así la extraño.

Jorge Jair Melendez said...

Terrible pero terrible...
Si en el Virgin de San Pancho estuve 2 horas y media, en el de París 3 horas, en el Tower de Picadilly 2 horas y en el Fnac de Barcelona 1 hora y media, más vale que me lleve un sleeping bag para cuando haga caso a tu recomendación de ir a Amoeba Records, lo cual, será muy pronto...
Se me hace raro que hayas gastado tan poco. Estás tan loquito que 200 dólares suena a poco... Me hubieras dicho que ibas y te encargaba algunas cosillas más... jijijiji...

Anonymous said...

ay luis me hubiera encantado ri a esa tienda, hay muchosdiscos q me urge tener ya ademas ya me harte de las chaferias de MIxup, esta tienda cada dia tiene menos discos q horror! jajajaja
tqm

Lucas Carrabias said...

Justo hace dos semanas quedé como novia de pueblo, vestido y alborotado. Según mi agenda laboral, el domingo tendría que estar viajando a LA a cubrir un junket con Hillary Swank; por supuesto los encargos no se hicieron esperar, desde una pila para Ipod hasta el último disco de Jarvis Cocker y la visita obligada a Amoeba Records. En verdad estaba emocionado por ir, me la habían pintado como la tienda Santa Patrona de Virgin, la entrevista con la Swank había pasado a segundo término, casi podría asegurar que mi motivo de viaje era conocer esa tienda... dos días antes de partir, todo se canceló. ¡Maldita sea!

Anonymous said...

Así es marido, estaba embobado ante semejantes tienda llena de discos, son la peridición, marco 7 veces (si no es que más) y comentaba cada una de las cosas que llevaba en sus abarrotadas manos. Me dice que tuvieron, después de darse cuenta que su manos y brazos no eran suficientes para la mercancía, ir por un canasta...Por qué no en ese tipo de tiendas ponen carritos,onda mandado, eso ahorraría varias broncas y así sí me hubieran traído Boogie Nights y The Devil wears Prada. Por ese tipo de locuras lo amo casa día más...y me hubiera encantado estar ahí.

Anonymous said...

Señoras y señores debo de confesar que soy el responsable de que el buen Luis y Etzel sigan alucinando todavia el efecto "Amoeba", de hecho una sonrisa malisiosa sigue apoderandose de mi cara al recordar la expresión en el rostro de esos dos incredulos cuando llegaron al paraiso de los "cd y dvd`s".

Bueno que no digan que no se los adverti......a por cierto ustedes tambien quedan advertidos.

Anonymous said...

Lo más difícil que existe en la vida es estar en un oasis como ese y decidir que sí comprar y que no.
No tengo el gusto de conocer la tienda pero estoy segura que daría la quincena y mi resto, para traer cuanto dvd y cd, clasificados como "locura de coleccionista" se me atravesaran por el camino.
Afortunadamente hay mucha vida por delante y una visita por allá no está de más.
Me imagino cuando viaje a Londres y encuentre la mentada tiendilla repleta de peluches de Tigger de todos los tamaños y sabores (si soy tan fan de Tigger como del Rebaño Sagrado) y me encuentre en el tremendo problema de "Cual si y cual no"
Carrillo, me da gusto saber que todavía hay cosas en el mundo que pueden impresionarte!!
Besos!!

MOU said...

Con la novedad de que así no se escribe "kitch" parce que c'est francais monsieur. No te voy a decir, mejor investígalo y publica la correspondiente fe de erratas. Y por cierto... estaría bueno que hubieramos entrado a esa tienda aquella noche de año nuevo Luisito... Cuando la vas a contar???