Friday, February 26, 2010

Las últimas 34 horas de mi vida


En las últimas 34 horas, me excedí al cortarme el cabello con la cuchilla nivel 3, manejé 5 kilómetros en 55 minutos, observé la ciudad desde un piso 10, firmé mi divorcio frente a un burócrata que no te mira por un segundo, almorcé 5 quesadillas con salsa roja, pagué 800 pesos por permanecer 35 segundos estacionado en lugar prohibido, tomé media taza de café, le agradecí a Gabs los 17 años de amistad pero ante todo los últimos 7 meses de hermandad, comí media pechuga de pollo y lavé platos en 15 minutos.

Busqué el no. 2229 de una calle, bosquejé con mi padre un viaje de 12 días a Europa para el noveno mes del año, platiqué en el coche 30 minutos con Princess Janne con la sensación de que habían transcurrido 5, cené un plato de cereal, le di 65 vueltas a la almohada durante la noche, amanecí con la mejor imagen del viernes, felicité a Lawrence por su cumpleaños 34, escuché una rola de Joy Division 7 veces y tomé un taxi por el que pagué 9.75 pesos.

Llegué al trabajo para revisar 627 correos, saqué 2 grandes pendientes en 20 minutos, me informaron que la reparación de mi coche asciende a 8 mil pesos, estuve una hora en una junta infumable, abracé 2 veces a Alex deseándole suerte para un concurso de pintura, fui a comer 2 hot dogs al cine sin ver película, dediqué un par de oraciones al escuchar una ambulancia cercana, llené 6 páginas pendientes de mi diario, me encerré con mi jefe para recibir en 10 minutos consejos con garantía de toda una vida, tomé 2 pastillas, anhelé un pie de queso y robé 1.9 segundos para expresar en 5 letras lo que ni en otras circunstancias, ni en 1000 momentos diferentes, diría.

Monday, February 15, 2010

13 preguntas


A mediados de 1978, Roger Waters escribió "Mother", uno de los ladrillos estructurales del álbum The Wall, de Pink Floyd.

La letra estriba en 13 preguntas dirigidas a su sobreprotectora madre, y según se dice, todos nos hemos hecho, al menos una vez en la vida, alguno de esos cuestionamientos.

¿Cuál es el tuyo?...

Mother, do you think they'll drop the bomb?
Mother, do you think they'll like this song?
Mother, do you think they'll try to break my balls?
Mother, should I build the wall?
Mother, should I run for President?
Mother, should I trust the government?
Mother, will they put me in the firing line?
Is it just a waste of time?

Mother, do you think she's good enough... for me?
Mother, do you think she's dangerous... to me?
Momma, will she tear your little boy apart?
Mother, will she break my heart?

Mother, did it need to be so high?

Wednesday, February 3, 2010

La viuda rosa


Caminaba con la espalda recta, tan recta que parecía crucificada, pero sin maderos ni clavos. Atada al aire. El torso inmóvil, el resto en movimiento, pero el eje duro.

De los modos diversos de apretar la boca se extraía su estado de ánimo. No había confusión, era una sinceridad gráfica pura y una franqueza carnal. Ella habría sido el mimo más exitoso por las muecas y los gestos que expresan rojo si es rojo, azul si es azul, y malo si es malo. Sin tapujos, ella como ella, y como nadie más. Irónica, no pretenciosa, sólo ella por ella y para ella. Fingir le era un cosmos desconocido, terreno inhóspito, sitio inimaginado, lugar deshabitado.

Única vez en la historia en la que las cejas marcaban definición y los labios sembraban tensión. Miraba y se mordía, hacía gestos y edificaba sueños. Una mujer dura con una niña blanda y tierna. Todo dependía de lo alto de las cejas, o lo bajo de la sonrisa. Podía mutar en un segundo y cautivar durante décadas.

Y así se hizo adulta y así se hizo vieja. Nunca salió de casa sin el peinado elegido. No lo dejaba a la suerte, era el preciso. Ella misma prefería el lado del partido en el cabello, o la soltura o la rigidez de una cola de caballo que hiciera los ojos chinos y los pómulos tensos, a punto de romperse. Su arreglo era impecable, era parte de su mundo circular.... que a pesar de ser pequeño, lo era todo para ella.

He de decir que si algo durará para siempre es su boca, con todas sus caras. Y si algo será recordado es su cara, con todas sus bocas. Las de antojo, las de calma, las de desvelo, las de angustia, las de sueño, las de cuchillos y las de sexo. Un rostro para elegir, una risa diferente para vivir. Todo depende del día.

Viuda desde hace tiempo, está ahora a minutos de morir. Y, aún con la mirada baja y los gestos de mimo, tiene la boca pintada. Sigue siendo mujer dura con algo de niña blanda. Vanidosa y franca.

Si hoy fuera inventada, de nueva cuenta paralizaría al mundo. Al menos mi mundo circular... que a pesar de ser pequeño, lo es todo para mí.