Monday, December 22, 2008

El jorobado


Todo empezó con una apuesta: "Este árbol no pasa cinco días más sin caerse".

Palabras más, palabras menos, eso le dije a mi amigo Alfredo hace 20 años, mientras él abogaba por la fiereza del tronco agachado con la seguridad de alguien que me aventajaba con 7 años de estudios. Tomamos las bicicletas y cada quien volvió a su casa.

Alfredo nunca me cobró la apuesta (algo tan costoso como un frutsi) porque semanas después, mientras emulaba a un malabarista, resbaló del cofre del auto de su primo y cayó sin evitar que su cabeza rebotara en la banqueta de la calle San Gabriel. Murió esa noche, poco antes de cumplir 17.

Han pasado dos décadas, y el parque del árbol jorobado se ha convertido en "mi lugar". Dentro de un mundo en el que a muchos les fascina narrar sus predilecciones, yo me regodeo en ocultar esta guarida, y regreso a menudo para llevar a ella mi silencio como lo hacen los pájaros que transportan discretos una brizna de paja en el pico. Una especie de escondite que obliga a recordar que nada es tan dañino como secar las imágenes de la infancia. Ahí se languidece. Ahí comienza la vejez.

Cierto que todo ha cambiado. La fábrica cuya pared trasera corta el perímetro del parque suma un lustro en abandono, tiene vidrios rotos, insectos zigzagueantes y está lista para debutar como leyenda y albergar sus primeros fantasmas de playeras rasgadas. Del otro lado, la fila de casas que dan al terreno dejaron de ser inmensas y ahora son meros cuadritos, aunque se empeñen en decirme de que miden lo mismo que en 1988. En la caseta del guardia, ya sellada, algún espectro debe estar cumpliendo una década de siesta, y el pasto, siempre verde, se ha vuelto una zona residencial de cocodrilos.

Pero el árbol jorobado... sigue en pie, y carga de significado los días perdidos, reforzando mi creencia de que el olvido es el homicida de la infancia... y el tiempo su autor intelectual. Aquí vivo de niño, aquí suelto las amarras y traigo mis raciones de preguntas sobre mis antiguos amigos Daniel, Armando, Gerardo, Emmanuel y Mayda. Lo único que detesto es que Alfredo se nos haya colado en la fila y haya pedido cripta mucho antes de lo conducente. Sería irónico decir que se pasó de vivo, al dejarme con una apuesta sin pagar, un frutsi sin destinatario y un amigo sin fase adulta.

Cada que regreso al parque, respondo a un siniestro estímulo que me inculca ganas de llorar. Sucedió hace dos semanas, pero para esta clase de fetiches de la mente, a veces hay que embotellar lágrimas, masticar hielos y refrescar el presente… justo antes de que el pasado comience a incendiarnos.

23 comments:

David el Terrible said...

Así cierras el año? Dijiste "me voy a lucir con un gran relato, no?" Lo conseguiste hermano, lo conseguiste.

El post està brutal, mueve, conmueve, hace que uno evoque. Tienes tu lugar secreto y supongo que nadie lo conocerá por lo mismo...

Te mando un abrazo navideño no sin antes pedirte que no dejes de escribir y de llenarnos de admiración a tus amigos connn este tipo de cosas que un buen día se te ocurre posstear.

Anonymous said...

Algo igual de viejo o más que tu recuerdo... algo ñoño y que nos recordará a la música de nuestros padres, pero es lo que me vino a la mente cuando lo leí

http://www.youtube.com/watch?v=hjfH2oNsa34

Un abrazo

Anonymous said...

Muy chido hermano, yo no tengo un lugar secreto..

Anonymous said...

Me gustó mucho, y la foto.

Anonymous said...

Gran lugar para estar solo, recordar y desmenuzar tantas y tantos pasajes de vida. Gracias por tooodo y por compartir por este medio aun mas. Te Amo

Anonymous said...

Me gustó mucho. Me hizo sentir que conocía ese árbol de toda la vida. Nos vemos pronto Luis...

Anonymous said...

La mejor manera para mantener en forma tu mente es compartiendo historias y recordando el pasado tan vívidamente como sólo tu lo puedes hacer. Que este año nuevo no sea la excepción y sigas recordando quién eres y hacia a dónde vas.

Anonymous said...

me fascinó, simplemente me fsacinó. Muchas felicidades y feliz navidad, Luisillo.

Flais said...

Tenías razón, no podía ser otra foto, tan bello el árbol como el relato, el día que te despidas de este mundo, pide que contigo vaya un frutsi que le debes entregar a un niño que te espera del otro lado.

Un abrazo fuerte, felices fiestas!

Olis said...

Uuyyy, qué lindo!!! Pero acuérdate del pasado cuando ya no te quede futuro, y tú tienes mucho por delante...FELIZ NAVIDAD!!!

Anonymous said...

Yo estaba pequeña...pero me acuerdo de ese accidente...fue una de las primeras veces que me enfrenté a la muerte de un ser joven y en ese momento me dolió ver llorar tanto a mi prima Lorena...y no entendía qué había sucedido...y creo que nunca lo entendí y nunca nadie me explicó... y lo encerré en el subconsciente hasta ahora...no puedo evitar haber derramado algunas lágrimas...

Anonymous said...

muy bueno, y buen pretexto para mandarles abrazos de noche buena. mucha salud

Alexati said...

se me hace muy triste esa historia porque he oido como la cuentan y hablan de el, me hubeira gustado mucho conocerlo aunque creo q no nacia aun, pero hubiera sido padre

quisiera ir un dia a esa casa a ver como era todo por ahi, donde naci

tqmmmm hermano

Anonymous said...

Gracias por compartir!!!!!!! Me hizo recordar algunas vivencias.

Anonymous said...

buen relato, buena foto, buenos recuerdos, qué lástima que algunos se adelanten en el camino y nos dejen con ganas de haberlos conocido, de haber compartido un poco más...

Anonymous said...

ALGO QUE SIGUE SIENDO ESPECIAL DESPUES DE TANTO TIEMPO ES DOBLEMENTE ESPECIAL.

Anonymous said...

Buena foto, muy bien.

Anonymous said...

Wow, está muy padre. Me gustó mucho la composición de ambas cosas.

Anonymous said...

Te pusiste muy profundo cabrón, en los ultimos dos posts del año, pero están de poca.......

Anonymous said...

Las guaridas no son lugares donde nadie nos puede encontrar. Más bien son lugares donde nos encontramos con nosotros mismos, con nuestros recuerdos, sueños, amigos y anhelos.
Que chingona está tu guarida.

Anonymous said...

escribes bien curado

Lucas Carrabias said...

Los recuerdos son los cimientos del futuro. Conservarlos y valorarlos es importante pero transmitirlos del modo que lo haces es mucho mejor para quienes te leemos. Un abrazo y lo mejor para el próximo año.

Anonymous said...

Hay una frase que creo se podría aplicar a ese lugar:

En Cinema Paradiso, Alfredo le pide a Totto (Salvatore) que tiene que huir de allí y le comenta que "cuando uno se ausenta por un periodo corto las cosas cambian tanto que se puede desconocer el lugar pero cuando uno se aparta por mucho tiempo, al regresar encuentra uno que nada ha cambiado"

Palabras más, palabras menos, pero lo que sí encierra es una gran verdad.