Wednesday, November 7, 2007

Mi amigo más baboso


Hoy le festejo 10 años de ladridos al mejor y más baboso de mis amigos.

Como toda acta de nacimiento, el que yo haya creído que nació el 7 de noviembre de 1997 es cuestión de fe, pero lo verdaderamente significativo es que Joshua siempre ha estado ahí, salivando estoico a mi lado, agradecido por la comida y muy poco medido al conocer a mi gente (a algunos ha querido arrancarles el brazo, aunque sin mala intención).

Mi ex novia me lo regaló en aquella víspera de Navidad y a la fecha sigo gozándolo como la primera vez. Con los años ha sido más una vivencia que un regalito shalalalesco. Joshua, como buen animalito, ha permanecido noble, fiel, juguetón e incondicional. Tal vez yo le haya fallado en algunas tardes, pero él ha perdonado mis olvidos y crueldades con un fuerte lengüetazo que, si fuese crema, sería suficiente para afeitarme. La baba ha sido su abrazo y su mirada amielada el beso fraternal que nunca podrá darme.

No está educado, pero jamás lo ha necesitado (no aceptaré mi culpa enquistada en su pésima educación). Si bien no saluda con un pase redondo de cola a los caballeros o con una grácil gaonera a las damas que quieren chiquearlo, su ímpetu y energía me bastan. Que nadie le acerque el dedito porque tiene algo de alburero: ve salchichas en lugar de dedos. Más mexicano no se puede. Menos natural no lo querría como lo hago.

Joshua ha inyectado vida tanto en los años felices como en los momentos negros de la casa, cuando ésta era hogar. En la colonia empezaron a conocer a mi padre no sólo como magistral banquero, sino como un distinguido esquiador de asfalto que tenía a este lindo perrazo como lancha. Si uno los veía paseando, siempre podía encontrarse a mi viejo mirando al cielo, no sé si por los jalones del cachorrito o porque se encomendaba a Dios para aquel momento que pudiese ser el del fatídico desnuque. Mi padre dejaba más pelo en la calle que el perro.

Y con mi madre... ni decirlo. Su divorcio fue el hueso que Joshua lamió y lamió, tarde tras tarde, hasta que la herida empezó a menguar. "Cuando Joshua me falte, no sé qué voy a hacer", repetía ella con tanta razón que a la fecha no sé cómo fregados le haré para ladrar como mi amado cuatro patas lo ha hecho en los años en que la casa dejó de ser nido. Varios nos marchamos, pero él se mantiene ahí, mirando desde afuera la ventana de mi madre y parando las orejas cuando alguien mueve la bolsa de croquetas. Aún así, sigue siendo más atractivo el ruido del refrigerador; señal de que se acercan las salchichas de pavo que mi madre le obsequia muy a pesar del veterinario. Mamá de tres que se volvió de cuatro.

Mi gran amigo cumple una década y a esta hora sigue sin reclamar las noches de lluvia en que me fui de antro sin acomodar su casita para que pudiese refugiarse. También sigue sin pedir perdón por arrancar los frenos a aquella camioneta que mi padre compró, episodio tras el cual ordenó se le colocara una reja al patio para evitar más fechorías del cachorrito (la primera cosa que hizo el cuadrúpedo al ingresar a ese espacio enrejado fue escabullirse entre el quinto y sexto barrote, lo que puso morado el rostro de mi padre e hizo que considerara poner su cabeza en una tómbola organizada por vecinos frustrados y dueños de casa inoperantes).

Y mi hermana.... vive en paz. No hay rencor ni sed de venganza de mi perrito hacia ella, aun cuando fungió como patrocinadora oficial del único planchazo vía automóvil que le han propinado a este babosito. "¡¡¡Luis, ven a ver cómo Joshua puede andar en la calle sin cadena!!!", fue el grito salpicado de emoción de Lawrence segundos antes de que mi amigo también salpicara, pero con sangre y chillidos, el pavimento. Siempre nos pidió ir por sus huesitos; ahora lo hacíamos auténticamente.

Por fortuna la catástrofe tuvo un después y aquí estamos, caminando juntos por el mundo y, esperamos, orinando arbolitos por mucho tiempo más. Felicidades, Josh. Si te toca primero, prometo enterrarte, pero si yo la estiro antes, sé buen perro y, por una vez en la vida, pórtate bien y no escarbes.

22 comments:

Lucas Carrabias said...

Desde que recuerdo he crecido acompañado por mis mascotas, todas ellas perras. Cada una, a su manera, ha marcado etapas de mi vida, han servido de consuelo, de compañía y hasta de cómnplices. Entiendo lo que significa tu perro, así que más vale atesorar esos momentos y disfrutarlos al máximo.
Abrazo

Anonymous said...

Nadie como "los babosos" para los momentos de consuelo y de alegría. Siempre están ahí y yo adoro y extraño a "Gunther".

Caray, que mal nombre, y todo por ser pastor alemán. Qué jodido estoy-

Anonymous said...

felicidades al perro! (¿a cuál de los 2?). jajajaja

Gabriela Carajo said...

Es precioso!!!!! A pesar de no ser muy animalera, por distintas razones, extraño mucho al mío que ahora anda feliz de la vida en San Diego. Nada como llegar a casa y saber que aunque sea está alguien que te ladra de alegría, alguien que te extraña y a quien le haces falta.
Los Golden son una raza aparte! Son hermosos!

Anonymous said...

Felicidades y disfrutalo pues todavia lo tienes, yo perdi a mi perro un dia antes de regresar de londres y ya no pude despedirme de el.
tenia 16 años conmigo.

Anonymous said...

Happy Bday Joshua!!!
En verdad un perrazo!!!
Nada màs me costo ganarmelo un costal de manzanas,porque por más raro que parezca, al animalito le encantan las manzanas!!!
Debo decir que me dejaron un buen hijastro, porque aunque no fui yo la que lo trajo al mundo carrillesco, lo quiero como si lo fuera, soy una buena madrastra, tanto que en sus enfermedades lo cuido y apapacho.
En verdad que es uno más de la familia!!!
Felicidades hermoso y gracias por existir para nosotros y por tu mirada, con la que nos haces felices!!!!

Anonymous said...

Porfavor amigo, mejor escribe del pescadito...

Anonymous said...

joooooooooshua, aunq no me creas ultimamente he pensado en la edad q tiene y tambien me h sentido mal de no habr estado suficiente con el asi que ahora si quiero componer todo lo q no pdue estar con el por andar pensando en mis ex novios de mierda

JOSHUA TE QUIERO MUCHO!

Anonymous said...

y yo extrañando al mío, porque murió en diciembre. por eso entiendo la fiesta!

Ricardo Otero said...

Soy amante de los felinos, no lo niego. Debo tener algún trauma infantil contra los perros, porque odio que se me trepen... Además de que los gatos son la cosa más divertida de este mundo. Pero reconozco que la lealtad de un perro es invaluable.

Anonymous said...

Me gustó mucho esta entrada, yo tambipén tengo una amiga babosa. te entiendo perfecto, yo amo a mi perra.

Anonymous said...

Amigo, dale un beso de mi parte please!

Anonymous said...

Dios me libre! Puras perras infieles me han tocado, bro. jeje

Anonymous said...

Está poca madre!! Por lo que se ve han vivido muchas cosas juntos y está super padre cómo lo escribes.

Anonymous said...

Sin duda, lo mejor de ayer fue el cumpleaños de tu perro... y no el triunfo de tu América.
el ave pero no te da tantas alegrías, o por lo menos, no tan seguido, como tu perro... me imagino.

Anonymous said...

saludos a josh. se ve que es buen perro

Anonymous said...

Por alguna rzón hubo un párrafo que me hizo derramar unas lágrimas. quizá en el que habla de la compañía del perro en momentos dificiles.

Anonymous said...

Son más fieles las mascotas que las viejs, jaja, aunque sea imposible que lo admitan.

Anonymous said...

Ah no manches, ya está grande Joshua.

Testigo de muchas anécdotas no?

Anonymous said...

Cada día confirmo que Dios tiene muchas formas de enviarnos ángeles a la tierra. No, no estoy blasfemando, pero creo que los perritos que forman parte de nuestra familia son eso, una especie de ángel guardian con más baba, dientes, pelo y patas de lo acostumbrado, pero bueno, el chiste es que te cuidan, te quieren y te procuran muy a su estilo.
Algunos tenemos la fortuna de llegara casa a las 3 de la mañana con la certeza de que alguien espera nuestro regreso, cuando nos vamos de viaje son los primeros en extrañarnos por las mañanas cuando de prisa le damos una caricia rápida y olvidamos lo difícil que puede vivir encerrado tantos días, ya que sólo los sacamos a la calle cuando hay visita al veterinario.
Lo más curioso, es que te das cuenta cuanto los amas hasta que los pierdes y llenas el vacío con otro de la misma especie.
Son amigos fieles, amorosos y como bien dices, aguantan una tras otra...
Felicidades a Josh...felicidades a tí por tenerlo en tu vida...
UN BESO PERRUNO
JA!

PD: ¿de verdad le compraste un hueso de vaca??

xosean said...

Esto amerita que lo lleves con unas perras.

Anonymous said...

NO, NO ESTOY DE ACUERDO, NO ES TU AMIGO MÁS BABOSO... JA!