Thursday, May 13, 2010

Los 62 cadáveres de la casa de mi abuela


Muchas veces bajé en silencio a la sala a media noche para husmear en la pila de libros que mi abuela tenía tan ordenados y cuidados como dentadura de modelo veinteañera. Pero estaba lejos de encontrar ahí mi objetivo.

Su colección de Agatha Christie, incluidos 62 libros seriados de las ediciones de los años 30, 40 y 50, es decir los originales, estaba ni más ni menos que en el cuarto de Carmela, atrincherada en el buró que se situaba entre la cama y la ventana ahumada. Tras la apertura de sus dos puertitas aparecían empastados en blanco y en fila vertical los motivos de fortuna de mi escritora predilecta, la creadora de los únicos asesinatos humorísticos de la historia, la amante de Poirot (¿habrá existido este hombre bajo otra identidad?), la autora más leída después de La Biblia y Shakespeare.

Una vez que mi abuela comprendió mis intenciones y la obsesión con la cual tropezaba aquellas noches, puso fin a mis búsquedas a hurtadillas y decidió prestarme los ejemplares de Agatha para leerlos, digamos, a cucharadas, uno a uno, sin prisa y con la estricta encomienda de que, una vez resuelto el crimen, le devolviese cada libro en la mano. Ella se encargaría de colocar la muela en el lugar correcto de la dentadura. Nada de abrir yo la boca del buró.

Consumir los relatos en aquellos años de mi niñez resultó casi una intoxicación. La penúltima página siempre fue la mejor porque el sabor de Agatha radicaba en el misterio, dejando que la resolución fuese mero condimento. Los besos y los finales de los libros se parecen mucho: los puedes saborear poco antes de que se concreten.

En el comedor de mi abuela vi a la joven artista estrangulada, en su sala quise saber quién hundió el cuchillo en el cuello de Lord Edgware, sentado en la escalera traté de entender la relación entre la ouija y el asesinato de Joseph Trevelyan al interior de una pequeña ciudadela de la campiña inglesa. En ciertas noches, cené rápido para regresar a la cama y saber quién mató a John Christow. No menos urgencia me causó comprobar si Rosemary Barton en verdad se suicidó o si alguien la envenenó con cianuro.

Pasé mis 10, 11 y 12 años cumpliendo la regla de no empalmar historias, y a Carmela la hice prometerme que, el día que quisiera deshacerse de Agatha, me convertiría en beneficiario de esta herencia literaria, la única firmada con sangre, mucha sangre, demasiada sangre, chorreado de sangre.

Por desgracia, a la abuela se le olvidó mi encargo, y hace no mucho me confesó que, en un arranque de desesperación por la mudanza, decidió regalar todas esas ediciones añejas de mi autora predilecta.

Entonces sí... sentí que alguien, súbitamente, me había asesinado. De noche, lejos de quien pudiera escuchar, un golpe ahogado, sin que la sangre se notara. Sin rastro y con la orquesta tocando.

29 comments:

Jorge Wong said...

chale! Jajaja tú narración logró matices de suspenso, dan ganas de leer esos clásicos y no podía faltar el final inesperado! Felicidades.

MaRu said...

Creo que en tantos años de conocerte por fin te algo en común contigo...como tu sabes los tatuajes no es mi fuerte.. y mucho menos la música.. ja ja ja pero si compartimos la misma pasión por esta Gran escritora.. que aunque todos son mis favoritos.. en las ediciones antiguas que describes un ingrediente importantisimo.. era el olor de aquellas páginas...

LH said...

Maaaaaaaaaaaaaaaaal.

Jesús said...

¿Ya de plano no los puedes recuperar? ¿Alguien conocido a quien se los dio?
Ya ves?... por andar en la pendeja tú.

Pam said...

Quédate con los recuerdos, esos nadie los puede regalar...ahora te toca hacer tu propia colección, te sabrá mejor...estoy segura.

Fefero said...

Efectivamente yo doy fé de la atrocidad cometida por nuestra abuela hace varios años al dar por pérdidos y olvidados esa gloriosa colección de libros.
Cabe mencionar que el único beneficio que trajo consigo el perder esa colección, fue evitar una polémica disputa familiar entre mi primo y yo con respecto a la futura posesión de tan amena literatura. Hubieran salido chispas pra determinar el correcto y merecedor heredero de la colección.
Aunque digamos que...yo tal vez tengo una pista de donde se puedan encontrar todavía.......lo dejaré en suspenso.

Anonymous said...

Inolvidables recuerdos, supongo

Alexati said...

ayyyyyyyyyyyyy ha de ser horrible cuando eso pasa, es como si mis vogues fueran perdidas de un dia apra el otro, creo q asi se poria comaprar el dolor de esa perdida, ningun libro es tan bello apra mi como mis vogues las cuales colecciono desde el 2005, ay dios!, q cosa ha de ser haber perdido esos libros!

tqmmmmmm

Caro said...

Increíble relato...yo misma volví a vivir los mejores años de mi infancia en esa casa de Jardín Balbuena...donde aprendí a andar en bicicleta, donde aprendí a jugar Mario Bros, Duck Hunt, Karnov, donde vi por primera vez las películas que de por vida he de considerar las mejores en su género: Halloween, A nightmare on Elm Street, Friday the 13th...y todo gracias a mis primos y a mi abuela quien me daba asilo cada fin de semana y quien me dejaba hacer mis "pósimas mágicas" en su cocina junto con mi tía Maye...esos sin duda fueron mis mejores años de niña...siento un nudo en la garganta de la emoción que me da haber podido vivir todo esto y ser quien soy ahora, en gran parte gracias a mi abuela...te amo Carmela.

sergei said...

Ohhhh que la: ese Fefero le pone más suspenso al de por sí misterioso caso de los libros que se esfumaron por culpa de la abuela. Ya díganos!

Fefero said...

A ver. La continuación de la historia que narra atinadamente mi primo es que, para la mudanza de nosotros a Metepec, se quedó un librero (valga la redundancia) lleno de libros en la sala de la ex casa de la abuela, junto con otra gran cantidad de tesoros. Todo por desesperación y por presiones de mis tías Becky y Tere.
Podrías ir a tocar a la puerta con los nuevos residentes. De hecho podríamos ir tú y yo en busca de ese tesoro para ver si las personas que habitan ahí ahora no lo hacen perdedizo. Como ya mencioné, mi abuela me prometió a mí también los relatos fantásticos y cruentos de Agatha, así que nos la jugó a ambos. ¿Qué dices?, ¿vamos?

Erika histÉrica said...

2 ideas:_
*me encantó la redacción de al pieza
*voto porque sí vayan a ver si pueden recuperar tesoros, aunque los nuevos inquilinos seguro ya se chuparon todoooo

Alfredo said...

Muy buen post! Yo de pequeño leía mucho (me cuentan que hasta me paraba a recoger la propaganda del suelo para leerla) y también tuve libros de Agatha Christie, obvio ninguna primera edición... pero, ¿nunca tuviste la tentación de ir a las últimas páginas para conocer el final? Yo en cada libro las tuve... creo que en uno lo hice!
Lastima que libros relacionados con ceros y unos han llenado mi vida...

El dueño de la fábrica said...

Eso pasa por no hablar claro. Luis es críptico, la abuela es pratica esa es la diferencia

PRiNcEsS jAnNe said...

Esas lecturas a escondidas son increíbles. Años atrás, solía meterme al estudio de mi papá, repasar los títulos de sus libros y hurtar el que me llamara más la atención; a la fecha creo que conservo un par, como “La estrella vacía“, de Luis Spota, y el cual compró dos veces gracias a su enorme distracción; “El beso de la mujer araña“, y varios de García Márquez...

De Agatha no he leído nada, creo que lo más cerca que estuve de hacerlo fue cuando le regalé a mi hermana un libro de recetas de Agatha, el cual sólo hojeé antes de comprarlo. Creo que no es mal momento para comenzar a leerla, aunque primero tengo que terminar dos que tengo empezados y otros tres más empacados.

P.D. Opino que deberían de darse una vuelta a esa casa...

MAYE said...

INCREIBLES RECUERDOS ,TODAVIA RECUEDO A MI CARO PIDIENDOME QUE LE DIERA VELCOSITA,SUAVITEL,CAFE, AZUCAR,JABON DE POLVO, HIERBAS DE OLOR.

Anonymous said...

Amigo, cada vez que te leo confirmo que no te pudiste dedicar a otra cosa! Tienes el don y es un placer leerte siempre! Yo por eso no tengo blog, creo que escribo mejor la lista del super y hay que saber reconocer si se tiene cierta virtud o de plano no! jaja Te mando un beso! Gabs

MAYE said...

ah... y me hiciste recordar anos maravillosos,recorde a un luigi llegando con su maleta para estar el fin de semanaa con Fer y Carito. Gracias por no olvidar aquellos dias. Te ama Maye

Adriana said...

Se me ocurre que tal vez la abuela no quiso un disgusto entre primos y prefirió "olvidarlos".

Pao said...

Las abues son salomónicas y para ejemplo la mía; Si no pueden repartirse en cariños ante los nietos, mejor hacerselas cansada o dejarlo todo como si nada pasara. No fue intencional, pero sí, jijijiji

Edgar López S. said...

creo q si valdría la pena q recuperes esos tesoros.. O recuperen, a ver de a como les toca

A.M.T. said...

Nice post

LA ABUELA ACLARA said...

LA ABUELA ACLARA:
Aqui sentada en la laptop de Maye, yo que soy el origen de la disputa quiero aclarar lo que realmente acontecio con el susosdicho tesoro: recuerdo perfectamente bien aun a mis 87 anos que para mi esos hermosos tesoros (los libros aclaro, no los nietos ni los recuerdos)los regale junto con otros cientos de libros a una amiga de maye para que los malbaratara en un tianguis de libros usados. No me arrepiento porque esta amiga de maye me prometio hacer buen uso de ellos ya que tenia buen gusto por la literatura EN GENERAL, y espero eso haya hecho y no los haya vendido.
Luis y Fer, si quiren les doy la direccion de donde vive esta persona y su telefono por si quieren negociar con ella la recuperacion de tan invaluable tesoro.
HE DICHO
LA GRENAS

El dueño de la Fabrica said...

Robo de identidad. Suplantación de persona. Lo que sea, esa no es la abuela. Sospecho de alguien cercana, muy cercana a ella? Propuestas sobre quien es el autor de esta burda suplantación?

Adriana said...

Algo me dice que Maye tiene los libros ¿qué querrá a cambio?

Fefero said...

No es suplantación, ella misma decidió contestar cuando mi mamá y yo le leímos el blog, simplemente hubo un par de adjetivos de exageración en el matiz de la redacción, pero en cuanto al contenido y sustancia de su relato, todo es verídico.

Maye said...

por supuesto que fue tu abue quien nos dicto todo.Aqui no hay ninguna suplantacion de personalidad,Efectivavemente todo sucedio como te lo conto Fer.Cuando nos dimos cuenta tu abue ya habia regalado media casa.Es mas tambien tu papa pregunto por unos libros que le habia prometido,LOS DE LA PRIMERA Y SEGUNDA MUNDIAL.y te cuento ,se los regalo a la misma persona.Cuando ustedes gusten podemos buscar a mi amiga.reo que ya no ha nada que decir por el momento.Pasando a otro tema me dio muchisimi gusto como salio la operacion de EL DUENO DE LA FABRICA, ASI QUE LOS TRES HA CUIDAR MUCHO A SU PAPI. hASTA LA VISTA

Anonymous said...

Bien dicen que lo que más pesa en las mudanzas son las cajas de libros. Mal por tu herencia repartida, ni modo, tal vez regresen, uno nunca sabe.

Livier (de metiche como siempre)

Frank Bermúdez said...

Hijole, que tristeza, hasta me dieron ganas de llorar...(bueno, no, esageré) pero imagino el dolor, la decepción.

Un saludo