Friday, May 20, 2011

Hora de aterrizaje: 11:47


Ahora me levanto más tarde porque mis noches son un rompecabezas. El astronauta no llora como otros bebés, pero sí deja en claro cuándo tiene hambre realmente y cuándo busca brazos solamente. Linduras del chantaje que el ser humano, como las ganas de dormir, adquiere casi desde que sale del vientre. Sentirse amado, pero antes que ello, sentirse protegido, pero antes que eso, sentirse seguro.

Mi hijo nació a las 11:47 horas del pasado 7 de mayo. A dos cámaras... grabé el momento y el reloj. Pésimo pulso, pero afortunadamente la temblorina se notó menos que la grandeza de esos primeros minutos en que vi a mi hijo existir y vivir sin placenta de por medio, sin sueños ni barreras, sin imaginación ni especulación. Despeinado, con llanto de no tantos decibeles y con puchero integrado. Labios rojos como guasón y ojos oscuros, abiertos, desconcertados. Manos grandes, piernas anchas. Los primeros juicios, irremediables siempre.

Poco antes del mediodía, el astronauta yacía acostado, secándose y encueradito, sobre el pecho de su madre, una escena que no he olvidado y que, con salud suficiente, jamás olvidaré. De cualquier forma, disparé mil veces con la cámara, por si no gozo de dicha salud. Lo retiramos del seno materno y los doctores me apartaron pronto de él por el protocolo que implica oxigenarlo y protegerle. Los instrumentos de un hospital siguen siendo más blancos y puros que el cuidado de los padres, aunque nosotros les dediquemos la vida.

Aún ataviado como doctor, regresé al vestidor en el que me fue prestado el uniforme azul y en el silencio posterior a un momento catártico me solté a llorar. Ser padre es tan indescriptible como irónico, a veces uno puede romper en llanto justo en el día en que su hijo nace. Y llorar, incluso, más que él.

A la vez, comprendí en carne propia que las preocupaciones de la paternidad comienzan desde lo inimagibable y por lo impensable. Mi hijo permaneció con oxígeno todo el sábado y salió hasta que su ritmo respiratorio fue estabilizado poco antes de que se cumplieran 24 horas de su nacimiento. La primera victoria de mi campeón, tan fuerte como mis elogios pueden multiplicarse a causa de él. Lo admiro desde ya.

Lo visité en ese espacio de resguardo de día y de noche, siendo vigilado con sigilo. A través de ese vidrio que me brindaba confianza e impotencia a la vez, le dije que lo amo y él respondió con un balbuceo indiferente. Ya me lo iré ganando.

Por cierto, en aquella primera noche en incubadora, Rodrigo lució una especie de casco que, por el tamaño de su cabecita, lo hacía ver como un hombre espacial, un ser sideral, un viajero que acaba de arribar. Vaya... un hombre del más allá, un astronauta.

14 comments:

MAJO said...

¡Muchas felicidades, Luis!

Edgar López S. said...

muchisimas felicidades Luis!! Q sean muy felices los 3.. Cuida con tu vida ese angel y bendicion q t acaba de llegar! Un abrazo

Elianne said...

uff!
sentimientos indescriptibles, un amor como el que uno nunca se espera llegar a sentir jamás....nada como la bendición de un hijo!

Alexati said...

Ojala pueda un dia saber lo q sientes cuando ves a Rodrigo, quizas es algo q solo podria entender hasta ser padre tambien, pero siendo tio soy tan feliz y seguro sabes como senti cuando vi q de nuevo me volvi tio, los amooo, mi bella familia

Cris said...

Felicidades

PRiNcEsS jAnNe said...

Qué puedo decir? Grandes palabras, gran descripción de un gran día, el mejor de mi vida, hasta hoy.

Con 17 días de vida, este niño es capaz de revolucionar nuestros corazones, nuestras vidas.

Gracias por ser un excelente marido, buen compañero y magnífico padre!!

Gran experiencia esto de la paternidad, con todo y lágrimas, risas, emoción, miedos. Pero, sobre todo, mucho amor.

Te amo así como lo amo a él!!

Livier said...

Oh, muchísimas felicidades para los tres, les mando buenas vibras. ¡Ser padres es lo máximo! Bienvenido Rodrigo.

Becky said...

Ya me imagino que su bebé debe estar de 10 y hermosísimo

Anonymous said...

Vimos algunas fotos y les quedó precioso.

mely said...

Felicidades muchas

Olivia said...

Ha de ser una cosa hermosa hermosa viendo a los padres

Anonymous said...

Ay wowwwwwwwww

EL DUEÑO DE LA FABRICA said...

ERES UN MARAVILLOSO PADRE.....ESTOY MUY ORGULLOSO DE TI

Anonymous said...

Lo más difícil de ser padre y al mismo tiempo lo más fácil, que termina siendo lo más hermoso y a la vez lo más angustiante, es ser padre siempre. Felicidades a los dos.
Xosean