
Dicen que uno le canta a la suerte cuando anciano o en la tumba, pero yo me acabo de dar cuenta de que nada funciona sin actitud.
El lunes fui al "Péndulo" de la Condesa. Ver películas, comer rico y echar café representa una delicia en un día caluroso. Invertí una hora ahí, y con panza llena abordé mi auto para volver al trabajo. Siempre pongo 105.7 FM (Reactor) y, en esta ocasión, Rulo, uno de los pesados de la estación, hablaba con "El Jergas", individuo que más que gordo es terrateniente, y quien suele rondar la ciudad y detenerse en una calle cualquiera para repatir premios al primero que llegue.
Me quedé oyendo la promoción: "Hoy estamos en San Jerónimo, en la esquina de Luis Cabrera y Presa. Quien llegue y me diga 'Jergas, eres más feo que Rulo', se llevará un muy buen premio", retó "El Jergas". Sólo para dar el dato, ese lugar está exactamente 90 metros al sur de mi hogar, así que al encontrarme yo en la Condesa, llamé a Mara, quien estaba en casa.
Me contestó la flojera, ésta me comunicó con el bostezo y luego me pasaron a Mara. Le expliqué todo y le aclaré que, si bien jamás he sido fan de los concursos de la radio patrocinados por "El Bombón Asesino", no perdíamos nada. Una casualidad puede llevar a algo más, pensaba yo. Sin embargo, Mara me volvió a comunicar con el bostezo, éste le pasó el auricular a la lagaña y al final la pereza me mandó besitos, antes de colgar. Le cambié de estación y acabé el día sin contratiempos.
Hoy me levanté y me fui temprano a una sesión de consejo en el trabajo. En el camino, prendí el radio. Misma estación que el lunes, distinto locutor. Hablaba "Sopitas", un zipizapo (saludos, Roque) que empezó a hablar de los premios de esta semana en la cual "El Jergas" había ido a diversos puntos de la ciudad. Y, entonces, la voz del "Sopitas" retumbó: "Ya lo saben, quienes estuvieron con 'El Jergas', pueden pasar a la de ya a la estación a recoger sus boletos dobles para el festival de Coachella. Todo gasto corre a cargo de nosotros".
No, no era el Aguacero Fest ni un show de Tijuana Sound Machine para 12 fulanos. Es el festival al que que más anhelo ir y en cuya tarima se presentarán adicciones y vicios míos como The Verve, Roger Waters y The National. No, no frené, no choqué, no me fui contra el parabrisas, sólo me mordí la mano y quise arrancarme el meñique. Si mi memoria muscular es amplia, entonces entiendo el seguir entumido de coraje hasta estos momentos (el maldito meñique sí que resiste). Nunca una esquina me ha causado tanta calentura y decepción como en este caso Luis Cabrera y Presa, esa que se ubica 90 metros al sur de mi casa.
Al avisarle a mi mujer de las consecuencias de sus no actos, todo me quedó claro: "Ni modo, amor. Oye, ¿te marco en un rato? Besitos".
Simple. Si yo tuviera una banda y tocara en Coachella, me presentaría ante el público y diría: "Hola California, somos Mandilito Pussy y hacemos música para mandiles que suena más o menos así...".