Friday, December 13, 2013

Esta semana... viajamos muy lejos

Esta semana te he visto como siempre y como nunca: tan radiante, tan pleno, tan encendido por cualquier motivo. El cambio de colores de un semáforo, la aparición de la luna cuando se esfuma la tarde, los números de las casas, un charco en la calle, la intromisión de una mosca, el ruidero de un avión o el mariposeo de un helicóptero.

Eres el ser que más se nutre de las simplezas del mundo, eres el ser que más me nutre con todo y con nada. Eres la bendición que no deja de sorprenderme. Eres el niño que jamás ha dejado de sonreír. Eres, en verdad, una estrella refulgente que se fugó del cielo... y me cayó a mí.

Esta semana me has abierto la puerta para pensarte en las noches, cuando estás dormido, soñando y torciendo la almohada. Me has hecho extrañar el día, me has hecho contemplarte y echar de menos tu compañía... aunque estés a un paso, aunque estés aquí.

Esta semana ha sido nuestra, tanto como la calle, los cubos, los helados, los pastelillos a los que sólo les arrancas el techo, las mañanas, las ardillas, la música, las caminatas, los reguiletes, los toboganes, los parques.

Esta semana te he gozado un poco más y he sentido que tanto tiempo es tan poco a la vez. Esta semana... me he divertido como niño con mi hijo, siendo yo tu padre, pero tú mi ejemplo, siendo yo el mayor, pero tú el más grande.

Han sido pocas las horas de vacaciones... pero las mejores de mi vida. Esta vez no hubo viajes ni aeropuertos, pero llegamos lejos, demasiado lejos... aquí dentro, donde es verdadero el amor e infinito el universo.

Nunca dejes de mirar los semáforos ni de buscar aviones en el cielo. La vida es colorida y ruidosa, nosotros somos los que nos volvemos grisáceos y sordos. Permanece colorido.

En fin, gracias por el vuelo a diario. Ha sido realmente placentero.