Friday, September 25, 2009

Jueves deslactosado light


Anoche, minutos después de salir del trabajo, me detuve en un alto. Mientras cambiaba el Cd, me apañó un limpia parabrisas. Le dije que no tenía. Insistió: "Ándele, pa' completar pa' mi venti caramel macchiato".

Jamás he aprendido a pedir con tal orden un café en Starbucks.

No hay duda. Este imperio lo ha conquistado todo.

Monday, September 21, 2009

El pípila


Sábado 19 de septiembre.

Desde hace meses se anunció a toda hora la pelea de box entre Juanma Márquez y el mamador de Floyd Mayweather Jr. Por tal motivo, y a falta de hospitalidad de mi sister Lawrence, a Inphi se le ocurre invitar a la bienamada flotilla de amigos y amigas inquebrantables, entre ellos Ceci, o sea, la esposa de Diego, o sea, el semental enviado a Vegas para cubrir la pelea y tenernos al tanto de lo que ocurre desde la primerísima fila. Se dice que los escupitajos de los contrincantes le caerán a él.

Todos llegan poco antes de las 10 PM y, después de elogiar mi lámpara roja ("baile Kumbala va") que tiene forma de supositorio... nos instalamos en la magna Sala Inphidélica (o sea el cuarto de TV), equipada con más de 400 Dvd's y un pantallón negro que presumo a diario. Subimos las viandas necesarias para tal suceso y, en unos segundos, la mesita que tengo ahí está hasta el copete. Alrededor de ella, la lista definitiva de mamíferos: Ariel, Tats, Vesselin, Lawrence, Maru, Ceci y yo.

Arrancan las sesiones fotográficas de las féminas que creen que las estamos tomando para "Wild On Magdalena Contreras", y también de los prostáticos, en particular Vess, quien anda volado con un truquito de cuadro por cuadro en su cámara que, en reversa, nos hace ver tan ágiles como cheetas y tan flexibles como flamingos.

Dan las 10 y de la pelea ni sus luces. El canal 5 tiene la película "Fast And Furious" (que sólo complace a Vess) pero el resto estamos encabritados y gritando "¡Cácaro!". Ceci nos asegura que veremos los cates, mientras que Ariel, siempre paciente, agarra tembloroso el control del Sky y pone la lista de programación. Está anunciado el programa "Ultimate Fighting Championship". "Ya entendí. La pelea la pasan hasta las 11", dice Ariel con su total analfabetismo boxístico. Y que reacciona Ceci: "¡¡Ariel, eso es otra cosa!!". Lo dice con tal convicción que, minutos después, ya hemos inventado "El rap de la otra cosa", con todo y caja rítmica para negros. Todo lo que diga Ariel a partir de este instante, le responderemos con un "¡Eso es otra cosaaa!" (Caló nos agradecería esta rola).

A distancia, Luisma y Gabs nos preguntan por la pelea. Uno de cada dos mexicanos tenemos la misma p... duda. Lo único que pasan en el 5 son puras peleas de antaño. Nos están timando big time, y, mientras tanto, la magna Sala Inphidélica es testigo mudo de un cúmulo de pendejadas bastante cajetas. Ya para entonces, mi hermana ha sido apodada "Limoncita", Vess se ha echado el tinto encima y Tatiana se ha convertido en un caudillo opositor a la TV bajo el lema de "Televisa miente" (con López Obrador estaríamos mejor y quizá hasta Márquez ganaría la pelea sabatina). Ceci quiere hablar con Diego, y Maru... sólo nos observa con lástima.

Al final, ni combate ni nada. Es casi la 1 AM y estamos frustrados. Para colmo, el cuarto de tele ha quedado como territorio comanche. Dada mi avanzada edad, me da una flojera planetaria recoger porque hasta los silloncitos de la sala hemos subido, pero ni modo, hay que limpiar. Y justo antes de hacerlo, el acomedido Ariel toma la iniciativa: levanta uno de los sillones, toma una de las botellas y baja las escaleras para transportar tales objetos a la sala y cocina, respectivamente.

Vess y yo nos quedamos viendo y, sin decirlo, ejecutamos la misma acción: agarramos más "cadáveres" y los ponemos en el último escalón. Ariel sube, se topa con ello, se mete un sacón de onda, todos hacemos como que platicamos, y él baja generosamente la segunda tanda de cosas. Un minuto después, vuelve a subir y encuentra más fósiles. Los baja de nuevo y, para entonces, a mí casi se me disloca la cadera de la risa.

Desenlace: nuestro apreciadísimo hermano, con una nobleza casi homeopática, ha recogido el 85% de los tiliches del cuarto de tele, y entre los otros seis nos encargamos del 15% restante. No es raro, en México así es la repartición de todo.

Arielito, aunque te agarramos de Pípila y aunque nadie sabe menos de boxeo que tú, eres un tipazo y un embajador de buena voluntad. La próxima la organizamos en tu depa y las mujeres recogerán (por manchadas).

Thursday, September 17, 2009

Ídolo


Mi padre me ha hablado mucho acerca del extinto abuelo... pero ninguna imagen permanece tanto en mi cabeza como la de la tarde en que se topó con una damisela que se empapaba bajo un descomunal aguacero.

"¿Me permite?", le dijo caballeroso antes de cruzar la calle y mientras abría el paraguas. Ella, de inmediato, se sujetó del brazo del tipo mejor peinado en la historia, y no se sabe hasta dónde, hasta qué calle o hasta qué casa, llegaron.

Esto sucedió hace 50 años.

¿O menos...?

Thursday, September 10, 2009

Fidelio


"¿Ya fuiste a ver Eyes Wide Shut?... Hay una orgía"

En 1999 hubo dos líneas que lucharon por la frase de aquel año: una es la apenas mencionada y la otra era "Se acabará el mundo el 9 del 9 de este año. Ya lo verán".

En el caso de la película, dicha expectativa sexual levantó exponencialmente la venta de boletos, además de que ya existía un peculiar morbo por juzgar el último filme en vida de Stanley Kubrick, legendario barbón capaz de espolvorear en un vaso de leche una droga violenta y de ver en una historia de ciencia ficción el pretexto para lucir una odisea musical. Todo era posible para el loco de las cejas boscosas que filmó Barry Lyndon con una simple lente Seizz o que expuso un asesinato "de forma artística", cuando un hombre ancestral le deshacía el cráneo a otro, valiéndose de un hueso.

Volviendo a Eyes Wide Shut, hace justo una década, el 10 de septiembre de 1999, tomé asiento en una sala de cine de Loreto para disfrutar la última entrega de Stanley. Casi tres horas después, me retiré con la convicción de que había visto mi película preferida. 10 años después.... el sentimiento permanece.

La escena de la orgía, no obstante, es lo de menos si se acusa sólo sexo. Lo memorable es la construcción de la secuencia: la mansión, la contraseña escrita en la servilleta (Fidelio), el ritual, las máscaras venecianas, el pianista ciego, el círculo en el piso, el juego de rojos y dorados y, por supuesto, el recorrido inconsistente del voyeur.

La música de dicha secuencia, cuyo tema central se titula "Masked Ball", también es kubrickiana, es decir, no sobra, tiene un motivo. Traduciendo de latin a castellano, y mientras las mujeres van desnudándose una a una para elegir a su par, escuchamos en los coros: "El gran sacerdote comparte la gloria con todos sus aprendices".

Y mientras continúa el ritual, una segunda voz parece rezar: "Valga la desnudez de nuestras ovejas por la compasión, la vida, la paz, la buena salud, la absolución de los que se han ido y el perdón de todos los pecadores".

Para quienes criticaron a Kubrick por elegir un título tan "simple", la expresión "Eyes Wide Shut" representa uno de los métodos que los Illuminati empleaban para asegurar que sus crímenes, orgías o simples fechorías no salieran a la luz. Exigir a los testigos y potenciales soplones permanecer "con ojos bien cerrados" recogía la más absoluta complicidad y, en consecuencia, el más elástico y grande de los secretos.

Pese a todo esto, si alguien cree que la orgía es la mejor escena del filme, estaría en desacuerdo. El diálogo de Cruise y Kidman, encerrados en su alcoba y nublados por marihuana, es más poderoso. Ahí, las confesiones de Kidman en ropa interior y en su papel de esposa molesta, desnudan y desatan mucho más que la suma de las enmascaradas del ritual.

El tormento de Cruise... nace ahí. Y sin censura.